- El presidente del Constitucional realizó 15 viajes oficiales en 2011 que costaron 5,8 millones de euros al erario público.
- Esto es, que cada viaje de Sala nos costó 460.000 euros a los españoles.
- Por supuesto, la progresía que acusó a Dívar sin pruebas pero con toda la fuerza mediática posible, ahora hace mutis por el foro.
- Y es que los casi 13.000 euros de Dívar en cuatro años son menos que nada al lado de los 5,8 millones de euros en un solo año.
Según el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala (en la imagen), los quince viajes que realizó en 2011 fueron "indispensables y fundamentales para las relaciones institucionales de España". Sala, incluso, ha afirmado que a seis de esos encuentros internacionales acudió solo, y que en los nueve restantes lo hizo acompañado por magistrados de la institución.
Hagamos un pequeño cálculo. Pongamos que cada viaje de Sala en solitario costara 50.000 euros (que ya son euros, oiga), los seis desplazamientos le costarían 300.000 euros, uno detrás de otro. Ahora bien, si eso fuera así, significaría que el resto de los nueve viajes que Sala realizó acompañado por otros magistrados nos costaron 5,5 millones de euros. Sí, casi mil millones de pesetas… ¡en nueve viajes!
Por supuesto, la progresía liderada por el juez Gómez Benítez, que en su día acusó a Carlos Dívar, ex presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, de gastar casi 13.000 euros en viajes durante 4 años (repito: unos dos millones de pesetas en viajes durante cuatro años), ahora está calladita, muy calladita.
No seamos mal pensados; lo más seguro es que no se hayan enterado porque estarán de vacaciones, pero tan pronto como se enteren lanzarán todo su aparato mediático contra Sala aunque no tengan ninguna prueba, y la propia fiscalía niegue las acusaciones. Si eso es lo que hicieron con Dívar, ¿por qué no lo van a hacer con Sala?
Alguien dirá que no son casos comparables. Es cierto: no es lo mismo 5,8 millones de euros en un año, que apenas 13.000 euros en cuatro.
Al menos nos queda el consuelo de que las relaciones institucionales de España están mejor que nunca… aunque nos ha salido un poco caro, la verdad.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com