Acabamos de pasar la última juerga electoral, esta vez en las taifas de Galicia y Vascongadas, y para general satisfacción, para mantener la intriga en el respetable, al amo le ha dado por cambiar ligeramente la composición de los botarates que componen cada uno de los gobiernos en cuestión.

Sr. Director:

No es que el asunto vaya a significar nada en beneficio del pueblo. La verdad es que el cambio lo es para que todo siga igual. Los dispendios que ya han hecho los anteriores, hechos quedan, como hechos quedan los dispendios de las campañas.

¿Qué queremos que hagan con los bienes obtenidos a cambio?; ¿qué queremos hacer con los nuevos funcionarios de distinto rango que dejan como recuerdo de su paso?, ¿qué con las cosas que, sin querer, se les ha pegado a los faldones de las levitas?

Sencillamente nada, no hay que olvidar que siempre hay cosas dispuestas a pegarse en los faldones de las nuevas levitas, puestos oficiales para ser ocupados por nueva gente, con nuevos bríos y mayor preparación que los dejados por los otros... y no vamos a estar peleándonos por cuatro cosillas de nada, cuando cada español tiene sobre sus espaldas dos millones de euros de deuda generada por las andanzas de los parásitos. Vamos, que por un poco más, los españoles no se van a enterar.

Pero es que hay más; hay mucha más mentira en un monosílabo de un político que en los cuentos de Calleja, ya que el 47,10% de los votos emitidos, que dan la mayoría absoluta al PP en Galicia, no lo es sino en relación al 70,45% del total de votantes, o lo que es lo mismo, el PP ha obtenido el 33,18% de los votos. Sí, más que la abstención, que con un 29,55% de los votos queda como segunda fuerza política, sin añadir el
2,59% de votos blancos o nulos..., eso sí, marginada e ignorada por el sistema.

¿Y en Vascongadas? Aquí, sin lugar a dudas, la fuerza mayoritaria, con el 34,12% es la
abstención (a la que cabe añadir el 1,26% de  votos en blanco). Le sigue el PNV con el 25,40%, el PSOE con el 20,23%, y el PP con el 9,28%... Y los 200.000 vascos exiliados, ¿dónde los ponemos?... Pero nuevamente, la abstención es marginada y ninguneada por un sistema opresor basado en la mentira.

Pero los artistas de la mentira, con la verborrea opiácea que les caracteriza, obvian
esta información; mienten, que es lo suyo, y aunque hayan obtenido tres votos, éstos pueden ser perfectamente el 100% del segmento escogido; acto seguido pasan a hablar en términos relativos, y el respetable, que no entiende nada, para no parecer idiota dice que sí a todo, y todos tan contentos, unos a incrementar la deuda de cada uno de los españolitos, y los españolitos... a ver la tele.

Cesáreo Jarabo

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