El socio eterno de Jesús Polanco argumenta que el conglomerado audiovisual pegará un subidón en bolsa en otoño. Ya lo dijo en su artículo de despedida: siempre ha respetado el liderazgo de Jesús Polanco, a pesar de tener más acciones, pero ahora ha llegado su momento.
¿Cebrián? No le gusta lo más mínimo, pero le mantendrá, siempre que no pretenda erigirse en líder de la compañía y respete al máximo accionista: sus hijos y los de Jesús Polanco. Pancho cree que hay que cumplir el testamento de su socio: no trocear el imperio. Eso sí, el problema de la deuda sigue pendiente.Ahora se ha sabido que el acuerdo firmado dos meses atrás entre Sogecable y Telefónica, que entrará en vigor el próximo mes de noviembre, costó año y medio de negociación. En Hispanidad ya hemos dicho que el acuerdo beneficia a Prisa, no a Telefónica, que a través de Imagenio, es decir, del cable de teléfono, podía hacerle la competencia al satélite, o sea, a la plataforma de TV de pago Digital, pero no es eso lo que importa ahora. Lo que importa es que, tras la muerte de Jesús Polanco, quien ya se encargó, previo pacto con Francisco Pérez González, Pancho, su socio de siempre, de nombrar sucesor a Ignacio Polanco, Pancho ha hecho valer sus galones. Ya lo advirtió en el artículo-epitafio que sirviera de despedida a su socio. Durante 30 años ha respetado el liderazgo de Polanco, pero ahora ha llegado su momento. Ni que decir tiene que tanto los hijos de Polanco, incluida María Jesús, siempre alejada del Grupo y que ahora ha sido llamada a filas, como sus propios hijos (Pancho tiene dos hijos trabajando en PRISA-Sogecable aunque en puestos de segunda) respetan el renacimiento de Pérez González.
Una aportación de datos para entender el equilibrio por el que se guía el grupo mediático más importante de España:
Entre Promotora de Publicaciones y Timón, los Pérez y los Polanco controlan más del 60% de PRISA, que a su vez, controla Sogecable, ahora ya con un 43% y el apoyo explícito de Telefónica, el segundo socio. En cualquier caso, si alguien quiere saber más sobe el control conjunto de las dos familias, lo mejor es que acuda a las fuentes, aunque le va a resultar difícil desenredar el lío y al final llegará a la misma conclusión.
La pregunta primera es, como siempre… ¿qué tal se lleva Pancho Pérez con el consejero delegado, Juan Luis Cebrián? Pues tal mal como los hijos de Polanco, que sencillamente no aguantan al académico. Ignacio Polanco, sucesor de su padre como presidente de PRISA, todavía no ha digerido el artículo de Cebrián con el cadáver de Polanco aún caliente, en el que le reclamaba "lealtad" a quien ahora era su superior. Ahora bien, Pancho sabe que no es este el momento para abrir una brecha en el Grupo diciéndole a Cebrián que se marche a cuidar el jardín.
Eso sí, Pancho ya ha dado su primera orden: Sogecable no se vende. No nos engañemos: razones hay para hacerlo. La deuda ahoga a una compañía de TV de pago que sólo ha conseguido una penetración del 50% de la media europea. Ahora bien, con la fuerza de venta de Telefónica a su favor, y copando la dos tecnologías –aire y cable, satélite y ADSL- Pérez González está convenido de que Sogecable remontará el vuelo en otoño.
Además, de esta forma, la segunda generación de Pérez y Polancos cumplirán el deseo testamentario de Jesús Polanco de mantener unido el Grupo. La apuesta es difícil, pero están dispuestos a jugar fuerte. Otra cosa es que, para mantener unido el Grupo, se vean visto obligados a dar entrada a nuevos socios en las empresas filiales o en troceamiento de parte de los activos (por ejemplo las apariciones radiofónicas en Iberoamérica) que podrían salir a bolsa.
Ideológicamente, el renacimiento de Pancho Pérez no cambia nada. Es más, el buque insignia del grupo, el diario El País, está acentuando más sus tintes progres con Javier Moreno como director, quien ha dejado atrás a cualquier otro medio en anticlericalismo y defensa del mercado de la muerte y del lobby homosexual.