• Lo propone el todopoderoso ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble (en la imagen), pero no implica que el elegido presidente tenga más competencias.
  • De esta manera, según Berlín, se equipararía al presidente del Consejo -actualmente Herman van Rompuy- con el Parlamento Europeo, al ser elegidos ambos por sufragio universal.
  • El único problema es que el Parlamento tampoco manda nada.
  • El mismo Gobierno de Berlín que quiere democratizar la presidencia se niega a perder su control sobre el BCE y los fondos europeos.
  • Es decir, democratización política, que no económica.

Schäuble ha llegado a afirmar este martes que la elección del presidente del Consejo de la Unión Europea despertaría "más fascinación" entre los electores -los ciudadanos de la UE- que incluso la elección al Parlamento Europeo. Ahora bien, por mucha fascinación que pudiera generar esta votación -visto el poco entusiasmo que hay en cada elección europea dudamos mucho de que así fuera- no implica que el presidente electo tenga más competencias que las actuales.

Así, según Berlín, se equipararía a Herman van Rompuy, presidente del Consejo de la UE, con el Parlamento Europeo. Al menos los dos serían elegidos por sufragio universal. Eso sí, los dos mandarían menos que un gitano en un juzgado. Vamos, que el Gobierno de Berlín, que se niega a perder el control sobre el Banco Central Europeo (BCE) y sobre los fondos europeos, nos ofrece a cambio poder elegir a alguien que realmente no manda nada.

Es decir, que Alemania está a favor de la democratización política en la UE, pero no de la económica.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com