Muy ilustrativa la entrevista de 20 Minutos (el único periódico gratuito que queda en España, tan rojo como Público.es) a Gema Gallardo (en la imagen), presidenta de la Red Madrileña de la Lucha contra la Pobreza (EAPN). Gallardo acusa a la Comunidad de Madrid de estar reduciendo las ayudas sociales. Es el lenguaje y el modelo de moda, por el que brama la izquierda, y también la derecha progres en las instituciones y en la calle. Al parecer, el Estado tiene que proveer las necesidades de todos, necesidades ahora convertidas en derechos. Y eso es, precisamente, lo que no hay que hacer.
Gallego fomenta las ONG, ahora bien, hay que insistir en que a las siglas ONG les sobra la 'n'. Todas ellas viven del erario público, es decir, de las subvenciones pagadas con los impuestos de la mayoría, es decir, del dinero de los demás. Si quieren ayudas al prójimo que lo hagan mediante la verdadera solidaridad: con el dinero de su propio bolsillo. Porque esta filantropía del dinero público resulta harto sospechosa. Sospechosa porque es sabido que el dinero de todos es el dinero de nadie. Mejor dicho, es dinero de todos que manejan los aprovechados, sean políticos u ONGés.
Además, la solidaridad con dinero ajeno no me gusta: no exige ningún esfuerzo, y los onejeros lo único que han hecho es profesionalizar la solidaridad, es decir, vivir del dinero de los demás
El Estado no es el encargado de dar de comer al hambriento sino de posibilitar que todos estén en condiciones de valerse por sí mismo.
Por cierto, qué casualidad que a la Iglesia, a la que se acusa de vivir del dinero público -todo lo contrario, es la Iglesia la que le ahorra y proporciona dinero al Estado- se tenga en Cáritas, la ONG que, en porcentaje, más trabajo da con su propio dinero y menos con el público, es decir, con el dinero de los demás.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com