El presidente del Consejo Nacional de Transición, Abdul Jalil, se quita la careta: "Libia será un Estado islámico y la Sharia, su fuente de ley"
Occidente vuelve a fracasar en su intervención en el mundo árabe y contribuye a la islamización del Magreb. Los rebeldes libios aprovechan su poderío para masacrar a los subsaharianos libios.
 

Se disiparon las dudas. Si bien hace escasas semanas, la sombra acerca de quiénes eran de verdad los rebeldes libios impedía ver la identidad de los mismos, en el día de ayer la intervención del presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Abdul Jalil, disipó las sombras. "Libia será un Estado islámico y la Sharia, su fuente de ley". Desde hacía tiempo, había ciertos indicios de que esta realidad podía darse ya que en el día de ayer se conocía que la seguridad de la capital libia había sido encomendada a un emir vinculado a Al Qaeda. No obstante, las palabras del principal mandatario libio van mucho más allá ya que aventuran que Libia se convertirá en un futuro próximo en el Irán del Norte de África y en una gran amenaza para las naciones occidentales europeas, especialmente, para las localizadas en el sur de Europa, como España y Portugal.

La intervención de la OTAN en Libia será recordada por décadas como la más absurda intervención de Occidente en el mundo árabe, ya que la historia verá que las democracias occidentales contribuyeron a transformar un régimen que ciertamente era dictatorial, pero laico, en una férrea dictadura islámica al modo iraní. Será necesario que los líderes occidentales que instaron a esta intervención con el fin de mejorar sus perspectivas electorales, que fueron principalmente Nicolas Sarkozy y Barack Obama, hagan una examen de conciencia acerca del mal que han creado.

Al mismo tiempo que el presidente libio de facto anuncia la islamización del país -aunque afirma que habrá respeto a las minorías religiosas, algo que es imposible en un régimen islámico-, sus secuaces muy envalentonados y ávidos de poder están cometiendo detenciones ilegales y abusos sobre los ciudadanos subsaharianos de Libia a los que acusan infundadamente y sin cargos de ser secuaces de Gadafi, en una operación que según Amnistía Internacional y Human Rights Watch no tiene otro objetivo que purgar al país de los ciudadanos de raza negra ya que tal y como informa el diario la Vanguardia, los rebeldes libios están profiriendo continúas manifestaciones tales como 'Libia es para los blancos'.

Gabriel López

Gabriel@hispanidad.com