Nos quejamos de cómo está gran parte de la juventud, ¿pero, nos preocupamos por darles contenidos y ejemplos, para formarlos, con criterios, y valores?

Sr. Director:

Me voy a referir a los programas de televisión que están al alcance de nuestros niños y jóvenes; cuando no son series violentas, son insolentes, eróticas o los turnos de culebrones de chorizos u holgazanes que intentan ganar dinero a base de difamar, criticar y calumniar al personaje que se tercie.

Otro tema; es el de la publicidad dirigida a los menores, que se debe cuidar hasta el último detalle, ya que ésta no debe engañar ni manipular, si no ser clara en sus mensajes, toda vez que el auditorio infantil con su enorme conocimiento del mundo que les rodea, pueden confundir lo real con lo que es el escenario, de los mensajes que perciben.

Qué pocas veces se procura rescatar al niño del horizonte cerrado y egoísta del consumo sin control.

Ya es hora que los padres, los educadores y los publicitarios se sientan a estudiar cuáles deberían ser las características de programas destinados a los más pequeños. Por el bien de los niños y por el futuro del hombre de mañana.

Nuestros niños merecen una televisión que no atente contra sus derechos, ni contra su correcto desarrollo físico o mental y que les aporte un entretenimiento adecuado.

Rita Villena

ritavillena6@gmail.com