Sr. Director:
En Estados Unidos aumenta el riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en niños y adolescentes. Tanto es así, que la FDA (la agencia que regula los fármacos), pide a los fabricantes de antidepresivos que actualicen la etiqueta negra que estos fármacos incluyen en su caja.
La petición surge porque han aumentado los suicidios entre adolescentes. El suicidio se ha convertido en la tercera causa entre los jóvenes de 15 a 24 años. Los expertos indican que estos dos fenómenos van unidos y que el segundo es consecuencia del primero.
Desde que se ha incluido la etiqueta con ribetes negros, advertencia más grave, se examinan la influencia real de los fármacos antidepresivos en los suicidios. Los últimos datos revelan que también aumentan el riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en la población adulta joven.
Ante esta nueva realidad, la FDA quiere que la etiqueta destaque al posibilidad de pensamientos y comportamientos relacionados con el suicidio en adultos jóvenes durante los dos primeros meses del tratamiento farmacológico.
¿A qué se debe este peligro mortal? A los mismos efectos de estos medicamentos: en su eficacia está también su peligro. La medicación les confiere más fuerzas para continuar con las ideas suicidas, que forman parte de los síntomas típicos de una depresión. Así, lo ideal es un control más intenso del paciente durante las primeras semanas de tratamiento, hasta que desaparezca la deseo suicida.
El Papa Juan Pablo II consagró su pontificado a la defensa y dignidad de la vida humana, oponiéndose frontalmente al auge suicida. Personalmente luchó hasta el final de sus días. Nunca se rindió y, pese a su prolongada enfermedad, se mantuvo sereno y nos dio testimonio de lo importante que es entender la vida como un don de Dios.
Clemente Ferrer Roselló
clementeferrer@yahoo.es