La amistad entre el presidente de Repsol YPF, Alfonso Cortina, y el dictador cubano Fidel Castro tiene su parte positiva. Por ejemplo, ha aprendido de su amigo Juan Abelló a utilizar la amistad del Gobierno cubano para volver a España con excelentes habanos de primera calidad. Como se sabe, el régimen castrista se ha puesto muy serio con turistas y particulares, que sólo pueden sacar de la isla 23 cigarros (uno menos que dos cajas, contando con que cada caja contiene 12 unidades).
Juan Abelló, actual vicepresidente del Santander Central Hispano (SCH), a través de Ibersuizas, invirtió en una cementera de Santiago de Cuba. Esto le permitía viajar a la isla y volver con el precioso cargamento.
Pues bien, la verdad es que Repsol YPF no tiene muchas esperanzas de encontrar crudo de calidad en la isla caribeña. Más bien, se diría que las prospecciones de Repsol (que, no nos engañemos, resultan bastante caras) es una forma de mantener la ligazón con la principal potencia petrolífera de la zona, que no es otra que Venezuela. Hoy por hoy, para llegar a Hugo Chávez nada mejor que ir por Fidel Castro. Eso sí, en el entretanto, los duelos con puros habanos son menos duelo.