Sr. Director:
La defensa del matrimonio no es un empeño solitario de la Iglesia Católica. A esta ardua tarea, que implica remar contra poderosas corrientes culturales e ideológicas, se están sumando estos días voces notables.

Muestra de ello es el reciente artículo del Rabino de Turín, publicado en L´Osservatore Romano, en el que glosa un texto del Gran Rabino de Francia. Ambas intervenciones reflejan el servicio de las religiones a la clarificación de la razón y a un debate público que tenga presente la experiencia de las grandes culturas de la humanidad.

No hay sombra de discriminación cuando se defiende la naturaleza específica del matrimonio como condición del progreso de la humanidad.

Jesús Martínez Madrid