Sr. director:

A través de la presente le transmito mi honda preocupación por el progresivo despliegue de medios bélicos que está llevando a cabo EE.UU. para atacar Irak, y por la casi nula respuesta de los países occidentales, incluida
España, para detener esta agresión injustificable que agravará aún más la penuria en la que vive la inocente población civil iraquí e influiría negativamente en la economía mundial, y ya estamos hartos de sufrir crisis a causa de la tensión pre-bélica.

Me parece totalmente inaceptable que en pleno siglo XXI los países más
desarrollados sigan tratando de resolver sus diferencias con los países más pobres recurriendo a la guerra, olvidándose de los valores que sustentan la Carta Fundacional de Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos. También me parece inadmisible que la estrategia internacional de EE.UU. de "ataques preventivos", con la que ese país se otorga a sí mismo la facultad de atacar a cualquier otro país cuando y como quiera,  no sea criticada por el resto de países desarrollados, incluida España, a pesar del grave riesgo que esa estrategia supone para la paz mundial.

Aún en el caso de que Irak posea armas de destrucción masiva -cuestión que nadie ha sido capaz de demostrar aún de forma clara e irrefutable-, como también las tienen EE.UU., Rusia, Francia, Gran Bretaña, Corea del Norte, Pakistán o India; los países más poderosos económicamente cuentan con mecanismos de presión internacional para dar una solución al problema sin disparar ni una sola bala, y sin poner en peligro a la población civil de Irak.

Por todo ello pido que el representante de España en el Consejo de Seguridad de la ONU no apoye la guerra contra Irak, y para que la política internacional de España, en el seno de la Unión Europea y fuera de ésta, se oriente a evitar ésta y cualquier otra guerra.

Josep Esteve Rico Sogorb