Seguimos con la racha de películas sobre atracos. Si hace dos semanas se estrenaba la divertida Ladykillers, de los hermanos Coen, ahora es el turno de una de nacionalidad gala: Ni a favor ni en contra (sino todo lo contrario). Un relato de cine negro que sigue los pasos de Caty, una joven cámara de televisión ansiosa de cambiar de vida. La oportunidad se le presenta cuando conoce a una banda de delincuentes que no se arredran ante las dificultades.

 

     Ni a favor… cuenta con algunas secuencias simpáticas (atención a la delirante exhibición de esquí acuático de uno de los integrantes de la banda). Tiene un buen ritmo, pero falla en su estructura narrativa y en su tono, marcadamente amoral. Nadie explica cosas tan simples como el por qué fichan a la chica para filmar un atraco (que es cuando la conocen) o las razones de mostrarnos con todo tipo de detalles los "bailes" pornográficos que prepara el coreógrafo de la banda. Asimismo, sobra crudeza en alguna escena sexual.