Sorprendida se ha quedado la masa social de la petrolera Repsol-YPF. La convocatoria de la próxima Junta de Accionistas contará con prima de asistencia. Es decir, dos céntimos de euro (cantidad digna de tener en cuenta, si consideramos que el dividendo es de 40 céntimos por acción, es decir, que hablamos de un 5%).
La verdad es que la prima de asistencia se fue anulando en casi todas las grandes empresas. Su única función hoy en día consiste en conseguir que los accionistas se decidan a acudir y, de paso, delegar su voto en la dirección.
Un detalle si se quiere, pero es que el 14-M ha puesto de los nervios a muchos grandes empresarios, especialmente los que pululan alrededor de la figura de Rodrigo Rato, el hombre que cerró el proceso privatizador y al que gente como Francisco González, César Alierta, Pablo Isla o el propio Alfonso Cortina le deben el cargo.
De Rato poco se sabe, salvo que en la mañana del lunes salía al paso de unas, cuando menos ingratas, declaraciones de Aznar, pronunciada el viernes 5. Ese día, el aún presidente del Gobierno empezó por confesar que no tenía "ni la más remota idea" del futuro político de Rato, para acabar confesando que sería un gran director gerente del FMI. En otras palabras, que le estaba echando a Washington. La verdad es que ha sido Aznar quien ha cortado al carrera de Rato al designar como sucesor a Mariano Rajoy. Por eso, las palabras de Aznar, en este momento, resultan, cuando menos, impertinentes. Además, sabe perfectamente que a Rato no le gusta el FMI porque le obligaría a trasladarse a vivir a Washington, precisamente cuando Rodrigo Rato más está ejerciendo de padre de sus hijos, aún pequeños, a los que muchas veces acude a buscar al colegio.
Así que Aznar y Rajoy quieren ver lejos a Rodrigo Rato, el hombre del milagro económico. Por eso, los grandes empresarios, es decir, los presidentes de empresas privatizadas, se ponen nerviosos. El baile ha comenzado, y el nombre del futuro ministro de Economía, no lo sabe nadie.