La ministra de Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, presentó el Plan Nacional de Emisiones de gases contaminantes como un "reto ético y tecnológico" para combatir el cambio climático. O sea, discurso medioambiental, que siempre vende bien. Tras las declaraciones de intenciones, la ministra mostró la cara catastrofista, y es que, según los cálculos de Medio Ambiente, los gases emitidos en 1997 se incrementaron un 15% respecto a 1990, aunque hoy el incremento asciende al 40%. O sea, que avanzamos muy poco y muy mal.
Y como se pueden imaginar, la culpa la tiene el anterior Gobierno "que no hizo los deberes". De otra manera, el plan de choque tendría que ser mucho menos agresivo y nuestra dependencia energética menor.
En cualquier caso, el choque es menos. Según Narbona, al menos el 94% de las exigencias de la industria han sido atendidas. De hecho habla de "esfuerzo asumible" cuando se critica el plan de "conservador". Según la ministra, el plan no supondrá un problema en términos de creación de empleo. "Tenemos la obligación de ser muy gradualistas", señaló. Eso sí, el tío Paco llegará con las rebajas en el 2008 cuando se aplique la parte dura del plan: plan de renovación, eficiencia energética e impulso de diferentes modos de transporte. O sea, fomento al transporte público y sanción al transporte privado.
Da la impresión de que la "longa manus" de Industria ha redactado este plan ecológico para minimizar su impacto. De hecho, Narbona explica, a pregunta de Hispanidad.com, que el impacto económico del plan será de tan sólo de un 0,01% del valor añadido de las empresas afectadas, un máximo de 85 millones de euros anuales. "Muy alejado del 1% del PIB previsto por PriceWaterhouseCoopers que manejaba precios de derechos de emisión desmedidos", responde Narbona. En cualquier caso, la ministra recuerda que el coste estará muy lejano de los 5.300 millones de euros que los españoles nos gastaremos este año como consecuencia del incremento del precio del petróleo. Y la culpa, como también habrán adivinado, la tiene el PP que no hizo los deberes para reducir la dependencia energética del petróleo.
"Trabajaremos en un modelo energético que reduzca nuestra dependencia del petróleo", señala pomposamente Narbona. ¿Cómo? ¿Se impulsarán la energía nuclear? Ah! No sabe, no contesta. Eso es competencia de Montilla. Y mejor no invadir competencias. Y menos con don José.
Por lo demás, Narbona apuesta por la deslocalización de inversiones contaminantes a terceros países. De hecho, anuncia con entusiasmo que varios países de América Latina ya se han puesto en contacto para atraer dichas inversiones. Muy fuerte. O sea, que practicaremos en ultramar lo mismo que Estados Unidos: considerar Hispanoamérica como nuestro patio trasero, donde no importa contaminar, que para eso son pobres. Eso es cooperación para el desarrollo y lo demás son tonterías.