Es fea pero desagradable. Es un comentario cruel, escuchado de vez en vez entre chicos comentando las lindezas de alguna compañera. De Rodríguez Zapatero podríamos decir que es insensato pero malicioso. Tiene pocas ideas, pero confusas y muy arraigadas, amen de un punto majaderas.

 

Es sabido que la retirada del pequeño contingente español presente en Iraq rompió la colación internacional y sentó un precedente que ha llevado a que el Ejército español sea el hazmerreír en la OTAN. Pues bien, Zapatero anima ahora a que otros países sigan los pasos de España. Precisamente ahora, cuando la libertad en Iraq pende de un hilo, cuando el Gobierno provisional intenta imponerse a todos los extremistas y terroristas que pululan por el país. Los cristianos de Iraq, muchos suníes, bastantes chiíes, todos los kurdos, todos los agricultores, los trabajadores del petróleo y la reducida clase media que Sadam Husein permitió, suspiran porque los norteamericanos (y el resto de países que han enviado tropas) no se marchen. De otra forma, los grupos armados tomarían el poder y hasta George Bush suspiraría por la vuelta de Sadam Husein.

 

Todos, menos Zapatero, presidente por accidente, es decir, por atentado, del Gobierno de España.

 

Porque es cierto que Aznar nunca debió apoyar a Bush en una guerra injusta. Pero una vez que el desastre ha comenzado, lo generoso es luchar por establecer una democracia en el Golfo Pérsico, y un mínimo respeto a los derechos humanos.

 

Esa es la primera razón. La segunda no resulta menos importante. El insensato de Mr. Bean no se da cuenta de que el principal peligro para la soberanía española viene del Sur, de Marruecos. Peligro del Régimen de Mohamed VI y peligro del terrorismo que entra por el norte de África. Parece claro que el 11-M tiene su origen en Marruecos, y parece claro que Washington ha decidido apoyar al Régimen de Rabat frente a los "desertores" españoles.

 

Y más. Rabat está realizando con España la misma técnica que el Régimen castrista de los años sesenta y setenta con Estados Unidos: enviarnos todos los delincuentes o pobres impecunes que el monarca Mohamed VI no quiere tener cerca, así como a los africanos a los que los marroquíes consideran como esclavos.

 

La desfachatez es tanta que el Régimen de Rabat (al menos existen fundadas sospechas de ello) se permite el lujo de apoyar asesinatos en territorio español, en este caso el presunto asesinato de Hicham Mandari, presunto hermanastro del Rey de Marruecos. Y todo ello, obsérvese, sin que el Gobierno Zapatero abra la boca.

 

Pues bien, no cabe duda de que si Mohamed VI viera su Régimen en peligro, se lanzaría a la conquista de Ceuta y Melilla, mientras Estados Unidos miraría hacia otro sitio. Lo del islote Perejil sólo fue un globo-sonda.

 

En esas circunstancias, que Mr. Bean se atreva a animar a otros países a que deserten de Iraq, además de cobarde, injusto y muy egoísta con los iraquíes, es tentar a la suerte. A este paso, no serán los marroquíes los que invadirán Ceuta y Melilla o permitirán el paso de terroristas hacia España: serán los mismísimos marines norteamericanos. Se puede ser más necio pero para eso hay que estudiar un master. Ni Francia ni Alemania, los adversarios de Estados Unidos en Iraq, se han atrevido a pedir a los países que han mandado tropas a que abandonen Iraq. Lo malo de Mr. Bean no es que sea un necio, es que es un necio muy trabajador.

 

Insensato... pero malicioso. Al mismo tiempo, siempre desde Túnez (este chico acaba por restaurar Al-Andalus), Mr. Bean interviene en la jaula de grillos que es el PSOE cuando se trata de hablar de España. No se trata de hablar ahora de nacionalismos. Sólo de denunciar la incongruencia zapateril. Por una parte, manifiesta su deseo de que todos opinen con libertad sobre la cuestión territorial, Incluso alaba la pasión del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Eso sí, a renglón seguido, amonesta al extremeño porque a veces habla "con más fortuna que otras". Es decir, que el debate sobre el modelo territorial es para todos, para el fomento del diálogo, claro que hay opiniones que exceden el marco del diálogo y el talante: Justamente las que no le gustan al señor Rodríguez Zapatero. Algo que recuerda aquello de "Libertad, sí, pero dentro de un orden". ¡Y que viva el talante!

 

Eulogio López