"De este partido, no nos moverán; el próximo congreso, lo vamos a ganar", cantaban los suyos

Era Alfonso Guerra quien dijo que hay victorias amargas y dulces derrotas. Es lo que pasó en el Congreso del PP de Cataluña. Mientras que los partidarios de la oficialista Alicia Sánchez Camacho ganaban, miraban con cara de perro y angustia. No se esperaban una victoria por la mínima. La maquinaria de Génova está acostumbrada a hacer y deshacer en el PP catalán con la anuencia de los hermanos Fernández, columna vertebral de un partido acomplejado sin espíritu de victoria y con vocación de oposición.

Pero hete aquí que llega una ‘outsider' como Montse Nebrera, despierta la ilusión se lleva el 43,28% de los votos. Increíble. Todo un pelotazo. Con razón sus seguidores saltaron de entusiasmo. Habían perdido, pero habían ganado. "De este partido, no nos moverán", cantaban. Los de Sánchez-Camacho, miraban de reojo. Casi con miedo. "El próximo Congreso, lo vamos a ganar". Más miedo todavía. Y cuidado porque el abucheo de Ana Mato marca un antecedente.

Feo, muy feo que ni Alicia Sánchez-Camacho ni Rajoy se refirieran ni a Nebrera ni a la corriente que se ha despertado. Porque ¡atención!, si los compromisarios, pasados por el filtro del partido, con presiones más propias de ‘El Padrino' que de un partido democrático votaron en un 43,28% por Nebrera, la base social es mucho más amplia. Ha despertado la ilusión de los populares en Cataluña. Ha despertado la ilusión de gobierno por vez primera. Pero con cierta autonomía. Por eso aspira a que sea el PP "de" Cataluña y no el PP "en Cataluña". "Poco a poco y ya queda menos", dice en su blog.

Aún así, Rajoy ni la saludó. Está asustado con un movimiento social que se le escapa del control de los mediocres de Génova. Así que tuvo que ser la propia Montse la que se acercara a saludarle. Beso frío, diplomático, calculado. Una mierda de democracia interna. La misma que la de Sánchez-Camacho que extiende la mano a la integración con la boca pequeña. Eso sí, para intentarlo, apeló a la familia y al humanismo cristiano. ¿Sinceridad?

¿Y ahora qué? De momento, ‘la Nebrera' ya ha anunciado que extenderá la candidatura por las cuatro provincias catalanas y que su único interlocutor será Rajoy. La pelota está en el tejado del ‘marianista'. Ya veremos si existe una integración o si Nebrera dedicará sus esfuerzos a ‘la oposición de la oposición' como algunos amigos de San Gil en el País Vasco. Lo que tiene claro es que el futuro es un camino arriesgado "a medio camino entre la libertad y la Providencia". Así lo señaló en su discurso del pasado sábado. La primera política española que menciona a Dios en un discurso público.

Y por cierto, de la lista de 22 miembros de su candidatura, señaló que "ninguna me ha pedido nada". O sea, que no hay personas buscando una silla y preguntando ¿qué hay de lo mío? Y más: "Todas ellas estarían dispuestas a renunciar si considerara que hay otra persona más capaz". Por fin llega la verdadera revolución a la política. Vocación de servicio, ilusión, entrega y valores de verdad. Una bocanada de aire fresco.