En Moncloa han descubierto que el mejor experto que pueden encontrar para gestionar la compañía es… Iberia.

No obstante, David Taguas no ha conseguido convencer al núcleo duro de que suspenda el proceso de venta. Quien gestiona ese núcleo duro es Pedro del Corro, el hombre de Juan Abelló. Con Planeta no se cuenta: va a por Vueling. Mientras, Miguel Sebastián critica duramente a su sucesor y amigo en la Oficina Económica del Gobierno. No conviene hacer mucho caso del grupo catalán donde se inserta Carmen Godia   La venta de Iberia se está convirtiendo en un espejo de la actual España. El hombre clave en la operación, aunque no debería serlo, dado que hablamos de una compañía privada, es David Taguas, jefe de la Oficina Económica de Moncloa, cargo en el que sustituyó a Miguel Sebastián. Por cierto, que Sebastián va diciendo a quien quiera escucharle que se equivocó al proponer a Zapatero el nombre de su segundo en el servicio de Estudios del BBVA, colaborador y amigo, David Taguas, para sustituirle. No parece que él lo hiciera muy bien con Endesa, pero argumenta con los fracasos de su sucesor en Altadis o en Iberia.

En cualquier caso, la pregunta que a estas alturas, meses después de darle vueltas al proceso de venta es: ¿Por qué se vende? Aerolínea de bandera, con cuotas de mercado insuperable en el difícil mercado iberoamericano, más rentable que sus pares europeos, aunque más pequeña que las tres grandes (British Airways, Lufthansa y Air France). Hasta ahora, se han puesto en venta –en parte o en su totalidad- aerolíneas sin futuro como Swiss Air, Sabena o Alitalia, pero no es el caso de Iberia. Es decir, el espejo de la venta de Iberia nos dice que España es un país en el que, con pocas excepciones, lo que impera es el ‘Toma el dinero y corre'.

Simplemente, Iberia se ha puesto en venta porque sus cuatro socios, BBVA, Caja Madrid, El Corte Inglés y Logista, han decidido hacer plusvalía y no quedarse a cobrar dividendos. No mucha plusvalía, porque a pesar de los buenos resultados, el recorrido bursátil de un negocio tan sometido a riesgos nunca es del agrado del mercado. Además, Iberia tiene una desbordante liquidez. Por si todo lo anterior fuera poco, el proceso se alarga, lo que perjudicar la imagen de Iberia y la devalúa, justo cuando, en 2007, la compañía puede presentar los mejores resultados de toda su historia. Y ojo: Moncloa no consigue que se cierre el proceso de venta, que sería su primera opción.

Por eso, el primero que acudió al reclamo fue un fondo de capital-riesgo, el norteamericano TPG, representado en España por Alfonso Cortina, y que se ha aliado con British Airways. Y por ello, se ha llegado a lo de Lufthansa: sin despeinarse, los alemanes han dicho que sólo ofrecerán 3 euros por acción. Esto supondría que Lufthansa se haría con una verdadera joya por algo más de 3.000 millones de euros… ¡cuando sólo en caja Iberia posee 2.200 millones de euros! Dicho de otra forma, que a los alemanes casi les saldría gratis o, como se repite en el sector: por ese precio y con esa caja, cualquiera puede comprar la cuarta compañía aérea europea.

Por ello, David Taguas busca a un grupo de inversores españoles que compren la empresa ha puesto en marcha una especie de banderín de enganche. Problema: el de siempre en el precitado espejo español, que todos querrán mandar, cuando el deseo de Moncloa es que se respete al actual equipo directivo que lidera Fernando Conte –el socio industrial- y que haya vocación de continuidad y no solamente de cambiar el actual núcleo duro por otro. Pero hay que insistir en el cambio de rumbo: el grupo comprador no necesita socio industrial, Recuerden que el error de Taguas consistió en otorgarle la Prelatura a Globalia, pero Juan José Hidalgo, Pepe Aviones, no supo estar a la altura y ofreció aún menos de los 3,6 euros de TPG-British. Se quedó en 3 euros, como los alemanes. En ese momento Moncloa prescindió de "sus servicios".

Pues bien, el personaje más activo en la creación de ese grupo de inversores españoles es Juan Abelló, antes empresario del PP, hoy del PSOE, mañana quién lo sabe. Para ser exactos, el fautor de la operación es Pedro del Corro García-Lomos, su mano derecha en Torreal. El problema, claro está, es que Del Corro debe conjuntar un equipo que respete al actual equipo directivo –socio industrial- de Fernando Conte, el que entiende el negocio, y dejarle trabajar, algo complicado en España.

Respecto a Planeta, otro de los candidatos… la verdad es que ahora mismo José Manuel Lara está centrado en Vueling, y tentado de lanzar una OPA sobre el 100 por 100 y enviar al equipo directivo a las listas del paro. Ahora bien, en la era de las infraestructuras, cuando un equipo gestor se rebela, el propietario se las ve en figurillas para relevarle… aunque disponga del 100 por 100 del capital. Si consigue Vueling –que ya parece una cuestión más personal que profesional- Lara podría dejarse absorber por Iberia, pero eso ya es harina de otro costal.

Tampoco conviene hacer mucho caso del grupo de inversores catalanes que se hacían públicos en prensa el viernes 19, aunque serán bienvenidos, siempre que sólo exijan rentabilidad y aseguren permanencia a medio plazo.

Por cierto, con Iberia, es el propio Taguas quien se está jugando el puesto. Y a todo esto, ¿Por qué se vende Iberia?