El gran proyecto político y económico del presidente George Bush es el acuerdo ALCA, o proyecto de libre comercio para todo el continente americano, que se ha topado con la oposición de México, Brasil y la Argentina, es decir, las tres grandes potencias iberoamericanas.
En el caso de Vicente Fox, el mayor problema es la política migratoria, absolutamente cerrada, de Estados Unidos, que ahora pretende dulcificarla poco a poco. Lo cierto es que Bush pretende lo mismo que los grandes de la OMC: liberalizar el libre movimiento de capitales y mercancías, que es lo que le conviene a él, a cambio de mantener las fronteras cerradas al tercer factor de la producción: los seres humanos. Pero a Fox se le acaba el tiempo para hacer reformas, y considera que debe ceder ante Estados Unidos, pues el ALCA puede ser una forma de librarse del asedio del PRI.