El Gobierno socialista quiere fusionar la red eléctrica de distribución y la red de gas Enagás. Es más, lo que quisiera es que la empresa resultante fuera de titularidad, o al menos control, público. Sin embargo, Pedro Meroño, presidente de
Distribución que, por cierto, considera que es manifiestamente mejorable. Es más, Meroño, casi como testamento, porque todo apunta a que el nuevo Gobierno Zapatero le relevará en cuanto pueda, considera que hay que cambiar la retribución de la distribución eléctrica, entre otras cosas porque se prima lo mismo a la empresa que invierte que a la que no, a la que lo hace en zonas que realmente necesitan mejorar el suministro de electricidad (Cataluña, Andalucía o Canarias) o a la que invierte en zonas mucho mejor ubicadas, como Madrid o el País Vasco.