La parte negativa radica en que ha acabado por hundir al pequeño tendero independiente y en que trata con mucha dureza a los pequeños productores, que deben pasar por sus horcas caudinas o cerrar.
Con todo, Mercadona es una empresa de éxito y hay que felicitarle por ello. Además, Roig es un tipo con sentido común y tiene toda la razón cuando asegura que el subsidio de paro debe reducirse porque desincentiva el trabajar y que, en efecto, las naranjas de Valencia, su tierra, las recogen trabajadores extranjeros, ninguno español.
Pero el peligro de los argumentos consiste en alargarlos indefinidamente, y ahí es cuando Roig pinchó en hueso: durante la presentación de resultados puso como ejemplo de buen hacer a los chinos porque, según él, "si España se está llenando de bazares chinos es porque viven la cultura del esfuerzo".
No digas tonterías Roig. Cualquiera que haya entrado en un bazar chino sabe que venden caro a las horas en las que nadie vende. Y crecen de continuo, no por un acertado modelo de negocio, ni por la formación de su plantilla ni por una adecuada gestión de costes: crecen porque explotan a sus compatriotas y por eso puedes descubrir a una familia que vive en la tienda y cuya única diversión consiste en un pequeño televisor donde ven de continuo telenovelas chinas. Los bazares chinos son un verdadero gueto y, encima, un gueto mafioso. No es esfuerzo propio, es explotación ajena.
¡No te pases, Roig! La eficiencia se hizo para el hombre, no el hombre para la eficiencia.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com