Preocupadísimo está Marijn Dekkers, que no es el nombre de un champú sino del presidente de la multinacional farmacéutica Bayer.

 

Nuestro hombre presentaba en Colonia los resultados de los laboratorios alemanes, cuyo beneficio se ha disparado en un 90%.

Pero llegó la pregunta sobre España. Y oiga, resulta que a Bayer ¡le duele a España! Ristra de acusaciones: oiga que nos pagan a 400 días y que tememos que no nos paguen nunca. Y a renglón seguido la amenaza: recuerden ustedes que tenemos factoría en España y que estamos despidiendo a 4.500 trabajadores en Occidente y creando 2.500 en países emergentes. O sea, que van a despedir trabajadores en España.

De entrada, ¿por qué despedir en Occidente y contratar en el Tercer Mundo? Porque a los trabajadores de los países pobres -perdón, emergentes- se les paga menos por trabajar más. Muy social, estos de Bayer.

En segundo lugar, ¿qué tiene que ver que el Gobierno español, o las CC.AA., o los hospitales, se retrasan en el pago para que usted despida trabajadores en España? A los trabajadores júzgueles usted según su productividad, no según los impagos de clientes. Eso sí, supongo que Bayer no querrá perder cuota de venta en nuestro país, sólo que sus fármacos vendidos en España y pagados por los españoles se fabricarán en Alemania.

Por cierto, Bayer es el fabricante de la píldora abortiva (la píldora postcoital es potencialmente abortiva) Postinor, de la que las autoridades públicas españolas se han convertido en el mejor cliente. Hablo de políticos del PSOE y del PP. Somos el gran cliente del Bayer abortivo.

Aconsejar a los españoles que respondan a las amenazas teutonas no comprando fármacos Bayer resulta complejo: el paciente compra el fármaco que le receta el médico. Ahora bien, sí se podría aconsejar a médicos y hospitales que hicieran un consumo inteligente: no comprar ningún producto Bayer. En defensa de la vida, en defensa de los trabajadores españoles de Bayer y en defensa de los españoles.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com