Lo primero que llama la atención sobre la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es lo mucho que se ha pegado al banderín electoral del Gobierno Zapatero, que no es otro que la homosexualidad y el futuro proyecto de ley sobre matrimonios gays. Casi todas las preguntas de los encuestadores del CIS (el estudio de opinión más caro de cuantos se realizan en España) giraron alrededor de la homosexualidad. Es más, el Gobierno presenta las conclusiones de este informe como una muestra de la tolerancia de la sociedad española ante el mundo gay. Por ejemplo, el 68% de los españoles encuestados se muestran en desacuerdo con la siguiente afirmación. "La homosexualidad es algo antinatural" y sólo un 22% se muestra de acuerdo. Aún resultan más tolerantes los encuestados cuando un 88% afirma que la homosexualidad no debería ser sancionada, y tan sólo un 4% dice que sí. Es más, un 79% considera que la homosexualidad es una opción personal tan respetable como la heterosexualidad frente a sólo el 11% que se opone a ella. Y ya pasando a lo que interesa al Gobierno Zapatero, nada menos que un 75% de los encuestados considera que en la ley de parejas de hecho los homosexuales deben contar con los mismos derechos que los matrimonios formados por hombre y mujer y sólo se oponen a esta proposición el 17,6%.

 

Sin embargo, miren ustedes por dónde, el asunto baja cuando entramos en la adopción de niños y en materia pecuniaria. Así, resulta que la inmensa mayoría cree que los gays deben casarse (y con iguales derechos) pero sólo un 16% consideran que deben tener derecho a adoptar niños frente a un 71% que se opone a esa opción.

 

Al parecer, nadie se opone a que los gays se casen pero sí a que eduquen a niños, con la flagrante contradicción de aprobar un matrimonio al que se le niega una de sus funciones fundamentales: la crianza y educación de los hijos. Pero es que hay más, la mayoría de los españoles consideran que lo del matrimonio gay está muy bien, pero no las pensiones de viudedad gay: un 50% se oponen a ellas. Y tampoco les gusta que los gays hereden: el 44% es partidario del no frente a un 42% que lo apoya.

 

En definitiva, la conclusión de esta encuesta está clara: los españoles no tienen nada en contra de los gays, mientras no les pillen de cerca.