Aunque el grupo Marsans, propietario de Aerolíneas Argentinas, manifiesta lo contrario a través de todos los medios informativos dispuestos a creer su versión, lo cierto es que el Gobierno Kirchner ha llegado a un estado de máximo enfrentamiento con el grupo que dirigen Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, así como con el presidente de Aerolíneas, Antonio Mata.

 

Lo cierto es que con motivo de la Junta de Accionistas de Aerolíneas, celebrada el pasado día 22, el Estado argentino no sólo impugnó las cuentas (también lo hizo en el 2002) sino que votó en contra de los acuerdos presentados por el equipo directivo. Considera el Gobierno Kirchner que el concurso de acreedores es fraudulento, y ahora los acreedores menores han llevado a los tribunales argentinos, no sólo a Marsans y a Antonio Mata, sino también a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), de donde salió el dinero para reflotar Aerolíneas.

 

En otras palabras, el enfrentamiento entre los gobiernos español y argentino (concretado en la SEPI) ha alcanzado su máximo nivel.