Decíamos ayer… que España es un país preso del Síndrome de Estocolmo. Y entonces se inaugura el monumento a las víctimas del 11-M, y aparece la pancarta: "¡11-M, Acebes/Prisión por negligencia criminal. Aznar/Proceso por el Tribunal Internacional de la Haya".
La pancarta es ratificada, en la misma página (edición del lunes 12 de marzo), por el diario El País con el consiguiente comentario de uno de sus analistas más reconocidos, José Yoldi: "La ira de los extremistas islámicos por la participación de España en la Guerra de Irak pilló a las fuerzas de seguridad con la guardia baja".
Esta es la cuestión. Qué es más tonto, la teoría de la conspiración de Pedro José Ramírez y Federico Jiménez Losantos o la afirmación e José Yoldi y el mariachi de Polanco? Difícil respuesta, a fe mía.
Por una parte, Pedro J. y Losantos, con un PP que deja hacer, están a punto de descubrir –se llama periodismo de investigación- que las bombas en Atocha, Santa Eugenia y El Pozo las colocó De Juana Chaos en un permiso de semana concedido por un topo del PSOE en la administración penitenciaria de Aznar.
Frente a ellos, no menos ridículos, Jesús Polanco y don José Yoldi consideran que "la ira de los extremistas islámicos por la participación de España en la guerra de Irak pilló a las fuerzas de seguridad con la guardia baja". De ello se deduce lo de la pancarta: el número de Acebes a prisión por no haberlo evitado y Aznar ante el Tribunal Internacional, se supone que por genocidio, que es un concepto nuevo.
Si la pancarta es una memez absoluta, la justificación que el señor Yoldi hace de la misma no es otra cosa que más síndrome de Estocolmo. A ver si lo he entendido: España no participó en la injusta guerra de Irak. El primer barco que llegó a Basora iba cargado con botellas de agua mineral. Lo que hizo Aznar fue apoyar –digamos moralmente- al señor Bush, porque le encantaba hacerse una foto en las Azores con el mandamás de Occidente. Aznar fue un gobernante ideológicamente acomplejado, que se pasó ocho años en Moncloa intentando ocultar sus principios cristianos, porque él creía que no eran modernos, y predicando el centro-reformismo, abstrusa doctrina, dado que, aún hoy, en 2007, nadie sabe qué puñetas significa. Pero no es un genocida. La historia hablará más de su cobardía intelectual y moral que de su crueldad.
Respecto a Acebes… no creo que la historia hable mucho de él, la verdad. E insisto: aunque Hispanidad.com fuera el medio que primero apostó por la autoría islámica, creo que Acebes no mintió la mañana del 11 de marzo de 2004. El pobre no era capaz de pensar en otra cosa que en ETA. El cargo de ministro le venía grande, muy grande, pero no tanto como para meterle en prisión por ello.
Pero lo más grave no es la tontorrona pancarta, sino el texto de Yoldi, que casi justifica la matanza: "la ira de los extremistas islámicos por la participación de España en la guerra de Irak pilló a las fuerzas de seguridad con la guardia baja". Eso es Síndrome de Estocolmo en estado puro. España no participó en la guerra, pero aunque hubiese participado, ¿justificaría eso la matanza del 11-M? ¿Es que el apoyo de Aznar a Bush justifica la matanza de Atocha?
Naturalmente, al Síndrome de Estocolmo se llega por miedo o por odio, sazonados con una miajita de necedad. Generalmente, por las tres cosas a la vez. En ello estamos.
Eulogio López