La Organización Mundial de la Salud explica en su informe Estadísticas Sanitarias Mundiales 2007 lo incierto de algunos datos que sirven para espolear la conciencia del público y reclamar fondos para causas humanitarias.
Por ejemplo, las tasas de mortandad materna, que bien airean los propagandistas de los métodos anticonceptivos y la legalización del aborto entre las mujeres pobres, son realmente fiables en los países con registros de defunciones completos: hasta un 173 por ciento.
¿Quién gasta más en sanidad? Los datos son contundentes: la OCDE. Sus 30 países miembros representan menos del 20 por ciento de la población mundial, pero gastan el 90 por ciento de los recursos dedicados a la salud. De media un 11 por ciento del PIB, por sólo el 4,7 por ciento que dedican los países africanos y del sudeste asiático. Con el 37 por ciento de la población mundial, estas dos regiones soportan la mayor parte de la carga global de enfermedad y gastan el 2 por ciento de los recursos sanitarios globales. Asia oriental tiene el 24 por ciento de la población, el 18 por ciento de la carga total de enfermedad y otro 2 por ciento de los recursos sanitarios mundiales. América y Europa, excluidos los países de la OCDE, tienen el 12 por ciento de la población, el 11 por ciento de la carga y un gasto sanitario casi del 5 por ciento.
Las proyecciones estadísticas sobre las cuatro primeras causas de muerte en el mundo hasta 2030: cardiopatías isquémicas, infartos cerebrovasculares, sida y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Las previsiones del total de muertes atribuibles al tabaco pasarán de 5,4 millones en 2005 a 6,4 millones en 2015 y 8,3 millones en 2030.
Las muertes por sida se incrementarán desde 2,8 millones en 2002 a 6,5 millones en 2030, suponiendo que los fármacos antirretrovirales alcanzarán una cobertura del 80 por ciento en 2012. Y se contempla un aumento del 40 por ciento en las muertes por traumatismos entre 2002 y 2030, debido fundamentalmente a los accidentes de tráfico en países en desarrollo.