La verdad es que el presidente del Santander está demostrando una entereza más que encomiable. A todas sus cuitas judiciales se une la ruptura con su hermano Jaime. Una ruptura cuyo trasfondo resulta más grave de lo que pensaban muchos de sus próximos. El motivo es la compra del banco inglés Abbey, al que Jaime Botín se opuso con denuedo. Tanto es así que dio el portazo y abandonó el Consejo de la entidad.

Pero hay más. Ante la ruptura, el hermano mayor, don Emilio, propuso a Jaime que el hijo de éste, Marcelino, le sustituyera en lo que siempre ha sido un banco monárquico, dinástico y familiar. Pues bien, Jaime se negó. Los rumores que apuntan ahora a un interés del Royal Bank (el socio del Santander) en Bankinter, no hacen más que apuntalar el doble rumor que corre en la city madrileña: Estamos viviendo el divorcio de los hermanos Botín y, posiblemente, la jubilación del mundo bancario de Jaime Botín.