Ya lo decía Mario Conde: "Es la sociedad civil que emerge". No me gusta hacer bromas con un encarcelado, a pesar de todos los rifirrafes que tuve con su persona, pero lo cierto es que todo el mundo interpretaba la frase en clave personal: el que emergía era Mario Conde, al frente de su supuesta sociedad, que seguramente era civil porque no congeniaba bien con los militares.

 

Pues bien, el nuevo Gobierno español está dispuesto a recoger miembros de la sociedad civil, dispuestos a que emerjan, más que nada para darles la razón. Por ejemplo, ¿que me quiero cargar la Ley de Calidad de la Enseñanza del anterior Gobierno, por aquello de hacer tabla rasa? Pues, muy sencillo: nombro presidenta del Consejo Escolar del Estado a Marta Mata, toda una activista.  

 

Así, en la reunión mantenida por el Consejo el jueves 17, doña Marta, con su voto de calidad, consiguió que se aprobara una moción para suprimir las subvenciones públicas a aquellos centros escolares que no hayan adoptado la coeducación. Es decir, aquellos centros que no aceptan la ecuación mixta.

 

La verdad es que si no era ley, la supresión de conciertos a los colegios unisex era práctica habitual. Mientras, en Francia se preguntan quién fue el imbécil que les llevó a pregonar la coeducación, que no ha dado más que problemas al sistema educativo, y muchos abogan por volver atrás. España, siempre guiada por tópicos, pero encima tópicos tardíos, no sólo defiende la educación mixta, sino que la impone. A fin de cuentas, el sistema de conciertos educativos, que instaurara el PSOE y defiende con denuedo tanto el PSOE como el PP, no deja de ser un chantaje permanente a los centros educativos, especialmente a los centros educativos católicos.

 

Así que ya lo saben: si no hay coeducación, no hay subvención. Y esto lo dice, fíjense, la presidenta de un organismo, cuyo cometido principal consiste en garantizar la libertad de educación. Y la garantiza: si quieres que tu hijo o hija acuda a un colegio no mixto, a pagar. Si tragas, eso sí.

 

¿Que qué se pretende? Pues, naturalmente, cargarse a esos pocos colegios que reciben subvención y que siguen siendo de chicos o de chicas. Por ejemplo, el colegio Tajamar, de Madrid, perteneciente al Opus Dei. Do you understand?

 

Y el Gobierno Zapatero, demostrará su talante atendiendo las reivindicaciones del Consejo Escolar y de Marta Mata… que, como el insecticida Raid, las mata bien muertas.

 

Eulogio López