Si no pueden aplacar el balón, placa al hombre. Es lo que pensaron los promotores de Viajes Marsans (los empresarios españoles Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata), propietaria de Aerolíneas Argentinas (AA), cuando el juez bonaerense Alejandro Baños decidió aceptar la querella contra los tres por gestión fraudulenta de Aerolíneas Argentinas. Aerolíneas fue reflotado con dinero público español (de
Sin embargo, varios accionistas privados consideran que Pascual, Díaz y Mata desviaron fondos públicos españoles muy lejos de Aerolíneas con destino desconocido, pero sospechable.
Al final, Marsans decidió impugnar a un juez Baños que estaba dispuesto a llegar hasta el final. Un año ha tenido que aguantar Baños, hasta solventar la recusación de los nuevos propietarios de Aerolíneas, pero ahora retoma la querella contra Pascual, justo en el momento en que el Gobierno argentino ha vuelto a impugnar las cuentas de Aerolíneas, esta vez correspondientes al ejercicio 2003.
Dos accidentes en dos meses (el último con aterrizaje de emergencia de un avión que acababa de despegar), más la necesidad de comprar nuevos aparatos con los que financiar la temporada alta que ahora se inicia en el Cono Sur, colocan a Pascual, Díaz y Mata contra las cuerdas. Necesitan imperiosamente que
Lo más llamativo es que el nuevo presidente de SEPI, el socialista Enrique Martínez Robles, mantiene una actitud durísima con el Partido Popular pero versallesca con Marsans. Es verdad que Pascual y Díaz presumen de mantener unas buenas relaciones con
Aerolíneas puede pasar por ser el primer ejemplo de que el nuevo Gobierno, una vez alcanzado el poder, no tiene ya interés en saber dónde va a parar el dinero público de todos los españoles.