- Se adhiere más al nefando sistema de que todos los bancos serán salvados con dinero público y, a cambio, las entidades comprarán deuda soberana.
- Y esa alianza va en detrimento de la recuperación económica y de la economía real: absorbe todo el dinero disponible para la banca.
- La intervención de Draghi ante el Parlamento Europeo despeja todas las dudas… para mal.
- Y mientras, el Gobierno español vuelve a caer en su trampa: salvará los bancos pero éstos no prestarán ni a las empresas ni a las familias.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (en la imagen), ha comparecido en la mañana de este martes ante el Parlamento Europeo, aunque no lo ha hecho en calidad de máximo dirigente del BCE, sino en calidad de presidente de la Junta Europea del Riesgos Sistémicos.
En cualquier caso, Draghi ha señalado que, aunque hay razones para el optimismo en la situación y el futuro del sector financiero -eso sí, siempre y cuando las autoridades continúen aplicando las medidas acordadas- las amenazas contra la economía europea y contra el sistema financiero continúan existiendo.
Para hacer frente a esas amenazas, Draghi volvió a defender la Unión Bancaria, que otorga al BCE el papel de velar por la estabilidad financiera en la eurozona. De esta manera, el presidente del BCE apuntala la alianza entre políticos y banqueros. Alianza, dicho sea de paso, perversa.
Lo es porque se trata de un pacto -no escrito- que consiste en que no se dejará caer ningún banco -se salvarán con dinero público-, y a cambio las entidades comprarán deuda soberana.
La consecuencia más inmediata es que el crédito a empresas y familias seguirá brillando por su ausencia y, por tanto, se seguirá retrasando la recuperación económica. ¿Cómo va a fluir el crédito a la economía real si todo el dinero disponible se emplea en comprar deuda soberana?
En este sentido, el Gobierno de Mariano Rajoy no es una excepción y vuelve a caer en esta trampa. Es decir, salvará a los bancos, que a su vez comprarán deuda soberana, pero no prestarán dinero ni a familias ni a empresas.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com