Esta es la historia de Mapfre, una historia de éxito en tiempos de crisis y que el sábado 10 celebraba Junta General de Accionistas. Junta especial porque se jubila como presidente José Manuel Martínez y es sustituido por Antonio Huertas, un directivo de la Casa, como gusta en la casa.
- José Manuel Martínez abandona la Presidencia de la aseguradora y le sustituye su sosias, Antonio Huertas.
- La hermosa historia del devoto Joe Biden: imparte un mitin político en la Basílica de Guadalupe.
- Cristianismo a la navarra: ¡Peligro, peregrinos andando!
- Garabandal: fines del mundo y fines de vida.
Mapfre era una mutualidad –y ojalá hubiera seguido siéndolo- y esa no es la razón de que se haya convertido en la primera aseguradora española y décima del mundo. Sin duda la más internacional, con presencia en todo el continente americano y ganas de expandirse en Europa y África. ¿Cuál es el secreto de su éxito?
El saliente José Manuel Martínez no es un tipo simpático, todo lo contrario. Me recuerda a la vieja anécdota del sacerdote que un día sorprendió a una pequeña ante el Sagrario y le preguntó:
-¿Qué le pides a Jesús?
A lo que la pequeña repuso:
-Dos cosas: que los malos se vuelvan buenos y que los buenos se vuelvan simpáticos.
Pero a Martínez, que se ha empeñado en jubilarse como presidente de Mapfre en tiempo y forma, a los 65 años de edad –o sea, igualito que Emilio Botín y Francisco González- termina su historia laboral hoy, sábado 10 de marzo de 2012, tras haber convertido Mapfre en ese gigante descrito.
No, no era un hombre afable, todo lo contrario, pero ha sido un gran empresario: y un gran empresario no es otra cosa que aquel que hace crecer su empresa no su bolsillo. De hecho, cobra menos que sus pares y ha mantenido la austeridad como el primer mandato de Mapfre.
El secreto del buen gestor se resume en tres conceptos: bien común, sentido común y austeridad.
Si no hay preocupación por el bien común, por ofrecer un servicio a la sociedad, no hay nada que hacer. Pero también se necesita sentido común. A nadie como Martínez, le he escuchado explicar la crisis financiera, todavía en 2008, con un ejemplo tan preciso y definitivo. Hablaba de la quiebra de la primera aseguradora del mundo, la norteamericana AIG y lo explicaba de forma tan sucinta como ésta: "¿Pero a quién se le ocurre meterse en seguros de crédito financiero?".
Sí, eso que está usted pensando, Los ejecutivos chiflados de la poderosa AIG se dedicaban a jugar al casino de la bolsa en las mesas más locas de la timba global financiera. Por ejemplo, en aquellas en la que se apostaba a si el bono, cualquier tipo de bono, incluido el bono basura, subía o bajaba por encima de determinada cantidad. Y lo hacían con el dinero que sus clientes les habían dado para asegurarse una pensión, caso de fallecimiento, accidente, etc. Es decir, un dinero dado para invertir en lo más seguro era invertido en el casino de la especulación bursátil por los directivos manirrotos con salarios de siete dígitos.
No sólo hacían perder dinero a sus clientes, sino algo peor: ¿Qué aportaban al bien común con esas inversiones? Absolutamente nada. Es más aportaban al mal común, porque AIG hubo de ser rescatada por los contribuyentes y atentaban contra el sentido común, porque eso no se le ocurre ni al que asó la manteca.
Bien y sentido común: los dos preceptos morales básicos del gestor empresarial. Queda un tercero: la austeridad. Nadie da lo que no tiene. Ningún presidente puede pedir austeridad a los suyos si él no lo es. Martínez, y lo mismo ocurre con su sucesor Huertas, como todos los directivos de Mapfre son de los que menos cobran de todo el Ibex. Mapfre es austeridad. Por eso triunfa. Y si me fuerzan, de Mapfre han salido un buen grupo de directivos católicos. A lo mejor es una coincidencia.
Antonio Huertas sustituye a Martínez como presidente de Mapfre: más de lo mismo, afortunadamente, porque en aras a los tres principios fundamentales, Huertas es un verdadero sosias de Martínez.
La hermosa historia del devoto Joe Biden: imparte un mitin político en la Basílica de Guadalupe
Esta es una historia de crisis, pero no de crisis económica, sino de profunda crisis de la lógica: el vicepresidente norteamericano Joe Biden se nos ha ido a México para rezar ante la Virgen de Guadalupe. Biden es vicepresidente de Estados Unidos porque respondía al retrato robot que precisaba Barack Obama cuatro años atrás: blanco con apariencia de blanco, para ofrecer la imagen de sensatez ante el cambio revolucionario de un presidente de color, católico abortista, porque Obama es un hombre NOM y el Nuevo Orden necesita católicos progresistas, por ejemplos entusiastas del aborto.
Un negro y un establecido católico, el credo que suele crecer sin cesar en Estados Unidos ante la debacle del resto de confesiones religiosas, antaño llamadas protestantes.
Pero faltaba algo; faltaban los hispanos. Porque la despreciada Hispanoamérica está conquistando a la primera potencia mundial con la única fuerza que mueve la política y la economía: la demografía. Y entonces, ¿A dónde se ha ido el bueno de Biden, el devoto Joe, a punto de entrar ya en campaña electoral? Pues el blanco de la pareja negriblanca –por cierto, Obama prescindirá de él en cuanto pueda y le cambiará por un hispano, se admiten apuestas- se nos ha marchado a visitar a la Virgen de Guadalupe patrona de la Hispanidad y la más querida por el pueblo mexicano, que, por pura casualidad, constituye el cuerpo electoral más numeroso, donde se juega la Presidencia. Y ya se sabe que el 80% de los mexicanos son católicos por un 110% de guadalupanos.
También por pura casualidad, Biden estuvo rodeado de medios informativos norteamericanos y mexicanos, algo lógico tratándose de una visita privada.
Y ahí estaba el amigo Biden, el devoto Joe, rezando ante la imagen de tela de la tilma del indio San Juan Diego y recordando a su madre, muy devota de la Señora, momento en que Joe, hombre sensible, se echó a llorar. La verdad es que para uno de los políticos más abortistas de Estados Unidos, su profesión de fe ante Nuestra Señora suena un tanto extraña. Pero eso de visitar la advocación mexicana todavía suena más a oportunismo, incluso yo diría a cinismo. Aunque, eso sí, cinismo electoral.
Cristianismo a la navarra: ¡Peligro, peregrinos andando!
El pasado domingo día 4 realicé mi primera peregrinación al castillo natal de Francsico Javier, aquel misionero de India, China y hasta Japón, si tengo bien entendido, castillo ubicado en la tierra media navarra, a tiro de piedra de Aragón. Bueno, para que no digan los navarros que me echo faroles: recorrí el tramo final del camino, es decir, los ocho kilómetros que unen Sangüesa y Javier.
Los jóvenes, y no tan jóvenes, navarros –y madrileños, cada día más- recorren ese tramo rezando el viacrucis, 14 estaciones repetidas a través de altavoces anclados en automóviles.
Todo resulta muy navarro. Y lo más navarro de todo, la señal de tráfico que aparece al poco de abandonar Sangüesa. Ojo al dato: "Peligro, peregrinos andando". A primera vista, sospecho que es un aviso para los automovilistas: ten cuidado por el peregrino andante que te puede estropear el guardabarros. Luego caigo en la cuenta de que Pamplona es el único lugar que conozco donde no existía monumentos a los caídos sino a los muertos, por lo que reinterpreto el mensaje: No, se refiere al automovilista y significa que debe tener cuidado con los peregrinos. Que el peligro es para éste, no para aquél. Listo.
Poco más que decir hasta llegar a la explanada de Javier, con castillo, Basílica y centro de formación de misioneros anexos. Todo está organizado a la navarra, con un amor por lo esencial que llama la atención. Por ejemplo, al contrario que ocurre con otras peregrinaciones, en la Javierada no se han olvidado de poner confesores, porque eso de que el número de comulgantes no haya disminuido a lo largo de los últimos 50 años mientras el número de penitentes sí lo haya hecho es algo que hace sospechar, creo, a varias legiones de ángeles.
Comienza la Eucaristía, calentada en la previa por un cura telonero de indudable eficiencia: asegura a los presentes que no deben comportarse como "ésos que cuando llegan a la cumbre se olvidan de Cristo: políticos, economistas…". Si le dejan, nuestro buen mosén empieza a dar nombres pero, afortunadamente -¿Afortunadamente?- comienza la misa.
El obispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, también habla a lo navarro. Los habitantes de la zona pedían a los peregrinos que rezaran para que lloviera. El Cielo les ha hecho caso, y comienza a llover con ganas, pero allí no se mueve nadie.
Homilía concreta y práctica. Un ejemplo en boca del obispo, el de la recientemente fallecida María Luisa Ayuso, esposa del general Atarés, asesinado por ETA en 1985. Monseñor Pérez recuerda que con la sangre de su marido en sus manos, esta mujer tuvo los redaños suficientes para afirmar: "Si tú les perdonas, yo también les perdono".
Decenas de sacerdotes se reparten por la explanada para repartir la Comunión, una operación que siempre me ha parecido peligrosa. Un cura navarrico, rodeado de penitentes, le da la comunión a un adulto y este se lleva la forma en la mano tras darle la espalda. El cura le retiene tocándole el hombro y el recuerda que debe introducir el Santísimo en su boca delante del sacerdote. Las profanaciones van en aumento y el cura, que cree en la presencia real del mismísimo Dios en aquel pedazo de pan, no está dispuesto a dar facilidades.
Termina el acto a la navarra: ""Nada sin Dios, siempre con Dios", más el himno de Javier, mientras un micrófono recuerda que es el momento de la acción de gracias, de pensar si "somos dignos de… la eucaristía". Sabemos la respuesta pero no está de más recordarlo.
En paralelo, decenas de globos amarillos caminan hacia lo alto. Sólo llevan inscrita una palabra: Life. Grupos provida aprovechan la Javierada para preparar los actos y conmemoraciones del día por la vida, esto es el día del Niño nacer, Fiesta de La Anunciación y encarnación del Hijo de Dios, nueve meses antes de la Navidad: el 25 de marzo.
Religiosidad navarra: pocos símbolos, mucha sustancia. Y es que nada más peligroso que un peregrino.
O sean como de Joe Biden en Guadalupe.
Garabandal: fines del mundo y fines de vida.
¿Quién dirige el Nuevo Orden Mundial (NOM)? Satanás, naturalmente. Resisto e insisto: no vivimos la era de las conspiraciones sino en la de los consensos, que es método mucho más sutil y mucho más peligroso. El NOM no es una cuadrilla de rebeldes sino una cuadrilla de ideólogos, una nueva moral –es decir, inmoralidad que pretende sustituir al Cristo en el corazón de los hombres. El NOM no quiere destruir a la Iglesia de Cristo, sino algo mucho peor: quiere conquistarla.
Existen, ciertamente, los conspiradores, pero sólo aquellos que el consenso precisa. Y esos conspiradores no son los jefes ni los inspiradores. El jefe está más arriba, o más abajo, según se mire.
Y la historia del NOM coincide en las mentes de tantos, especialmente en tiempos de crisis, con la idea del Apocalipsis, acerca del cual existen dos opiniones igualmente tontas: la de burlarse de los apocalípticos y la de obsesionarse con ellos.
¿Nos aproximamos al juicio de las naciones, eso que la gente confunde con el fin del mundo? Ni lo sé ni me importa porque el fin del mundo para cada cual es su propia muerte y porque la única actitud coherente de un cristiano cuando afronta la cuestión telúrica es seguir haciendo exactamente lo mismo que estaba haciendo solo que con más amor a Dios.
Lo que sí sé es que temo que el vaso de la corrupción –privada y pública, que no representa sino la suma de las corrupciones privadas- esté a punto de rebosar. En eso sí que creo. El gas pútrido ha llenado la estancia donde habita la humanidad y se sabe que cuando los gases se condensan tienden a estallar.
Por otro lado, las advertencias de la Santísima Virgen, descontaminadas de toda la chifladura que rodea a los obsesos de lo extraordinario, habitantes de un mundo creado por un Dios que ama con pasión lo ordinario –y al hombre, como el elemento más doméstico de la creación- nos indican que, en efecto, el recipiente de la humanidad apesta. Casi todas las apariciones marianas hablan, cada vez con más urgencia, del mismo proceso en tres fases: aviso, milagro y castigo. La que me acaba de llegar por Internet –fuente indescifrable- asegura que se aproxima el aviso. A este texto le pueden hacer todo el caso o ningún caso. Se refiere a Garabandal, esa pequeña aldea de Santander, muy cerca de Asturias, donde la Virgen María se apareció a cuatro niñas entre 1961 y 1065. Ahí va, en cursiva:
MUY PRONTO MI MADRE EN GARABANDAL DARA UN MENSAJE A TODA LA HUMANIDAD PARA QUE SE PREPARE PARA EL GRAN AVISO. (JESUS) ENOC.
MUY PRONTO MI MADRE EN GARABANDAL DARÁ UN MENSAJE A TODA LA HUMANIDAD, PARA QUE SE PREPARE PARA EL GRAN AVISO
MARZO 03 / 2012 8:30 A.M.
Hijos míos, paz a vosotros.
Que este tiempo de cuaresma os sirva para que os reconciliéis con vuestro Dios y vuestros hermanos. En verdad os digo, que vienen días en que ya no estaré entre vosotros y el Pan Vivo bajado del cielo, será privilegio de unos pocos. La noche cada vez está más cerca, ¿Qué será de vosotros los que andáis en tinieblas y apartados de Mí?; pobres criaturas si no recapacitáis vuestra alma se perderá para siempre.
Aprovechad al máximo estos días en que todavía estoy entre vosotros; alimentaos lo más que podáis de mi Cuerpo y de mi Sangre, para que cuando ya no esté con vosotros, sigáis fortalecidos en el cuerpo, en el alma y en el espíritu, por todas las eucaristías recibidas. Orad hijos míos, para que la guerra sea detenida y no se dé antes del tiempo señalado por la voluntad divina; pues mi adversario está sembrando la cizaña en la mente de los reyes de las grandes naciones, para que entren en guerra y exterminar gran parte de la humanidad y así se perderían muchas almas.
No sabéis cuánto dolor tengo que soportar a diario, viendo tantísimo pecado de esta humanidad ingrata y pecadora, que se niega a acogerse a mi misericordia que es perdón y salvación para sus almas. Os digo, que muy pronto la justicia divina descargará su santa ira sobre esta humanidad, entonces, será el llanto y la desesperación la que se apoderará de muchos y será muy tarde para ellos. Hoy me dan la espalda, mañana clamarán al cielo y ya no serán escuchados. La copa de la amargura está por derramarse. Permaneced fieles a Mí, y dejaos guiar por mi Madre, ella os llevará seguros a las puertas de la Jerusalén Celestial. No temáis, mi Padre sabe hasta dónde podéis soportar vuestras cruces. En verdad os digo, que de un momento a otro, todo cambiará, lo que era luz se tornará en tinieblas; no perdáis la cabeza, acordaos que todo esto tiene que cumplirse como está escrito, para que la voluntad de mi Padre pueda llevarse a cabo y así sea glorificado su Santo Nombre.
Muy pronto mi Madre en Garabandal dará un mensaje a toda la humanidad, para que se prepare para el gran aviso. Todos los acontecimientos se han acelerado, por la maldad que reina hoy en el mundo. Mi Padre no se complace con la muerte del pecador, por eso os enviará primero el Aviso, para ver si despertáis de vuestro letargo espiritual y tomáis conciencia de una vez, sobre la importancia que significa vuestra salvación.
Rebaño mío, permaneced unidos en oración; visitadme en cada sagrario donde estoy preso y solitario; cada visita que me hagáis os fortalecerá para los días de la prueba. Indulgencias plenarias daré a todos aquellos que hagan mis primeros viernes, muchos de sus pecados serán borrados y no volverán a ser recordados. Estoy derramando abundantes gracias antes de partir, en mi Sagrario está la llave que abre la puerta de vuestra salvación; acercaos a Mí, no tengáis miedo, yo soy el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas; venid y calmaré vuestra sed y saciaré vuestra hambre; de nuevo os digo, no temáis; depositad en Mí, todos vuestros problemas, ansiedades, angustias, fatigas y pecados y yo, los cargaré por vosotros; venid, no tardéis en mi Sagrario encontraréis la paz que andáis buscando. Yo soy manso y humilde de corazón y estoy presto a escucharos siempre, no importa cuán grande sean vuestros pecados; si venís a Mí, arrepentidos y con corazones contritos y humillados, os daré mi bendición y no me volveré a recordar de vuestras ofensas.
Venid ovejas descarriadas, no temáis, acercaos y hallaréis refugio en mi Casa y paz en vuestro corazón; no tardéis, estoy en busca de vosotras; atended a mi llamado y volved lo más pronto posible a mi rebaño. Os amo mis ovejas descarriadas, quiero que regreséis al redil; apresuraos porque ya la noche está llegando y el lobo y sus secuaces ya andan sueltos buscando a quién devorar. Son mis últimos llamados antes de que llegue la noche. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Vuestro Maestro y Pastor. Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes.
Hasta aquí el mensaje que corre por la red. Insisto: se lo pueden creer o no, pero más vale estar preparados porque, a fin de cuentas, no sabemos el día ni la hora.
Respecto al texto concreto, sólo puedo decir que es coherente con lo que ocurre en el mundo… pero no más. Un detalle: en todas las apariciones se insiste en que una de las claves de los últimos tiempos será la reducción forzosa del sacrificio de la misa a la mínima expresión. Pocos serán los que tengan acceso al Sacrificio eucarístico.
Por lo demás, siga haciendo lo que está haciendo. Por ejemplo, rezar. Para usted no existe otro fin de este mundo que su muerte.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com