Ayuda a la Iglesia Necesitada envía 40.000 euros y organiza una campaña de recogida de fondosLa diócesis de Mopti (Malí) ha solicitado a Ayuda a la Iglesia Necesitada el envío de recursos para garantizar el mantenimiento y la atención médica de 326 familias refugiadas a causa del conflicto que vive el país.

El obispo de la diócesis, Georges Fonghoro, que ha pedido una partida de 40.000 euros para este fin, ha señalado que "en los últimos meses la población ha sufrido mucho, sobre todo en el norte. Muchos han huido de la violencia. Nosotros nos ocupamos ahora de los expulsados. La situación en el país se ha tranquilizado, aunque el estado de excepción se ha prolongado por tres meses. La gente sigue teniendo miedo de volver a sus pueblos".

El objetivo más importante de la ayuda de emergencia —según monseñor Fonghoro— es la atención a los refugiados del país con artículos de primera necesidad. Sobre todo las madres y los niños pequeños sufren las consecuencias de la carencia de alimentos; el número de niños subalimentados está creciendo y su atención médica inmediata es absolutamente necesaria. "Las necesidades son enormes; la situación de la población es precaria y exige una actuación inmediata", afirma el obispo.

Por ello, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha iniciado una campaña urgente de recogida de fondos para socorrer a ese grupo de familias de la diócesis de Mopti. Las personas que quieran recibir información y colaborar en esta campaña, pueden ponerse en contacto con AIN a través del teléfono 917 259 212.

La diócesis de Mopti tiene su sede en la capital regional del mismo nombre, que se encuentra al sur de este país de África occidental, en la confluencia entre el Bani y el Niger. En el territorio de la diócesis, de una superficie superior a la de Francia, viven aproximadamente 40.000 católicos. En la diócesis, que está dividida en seis grandes parroquias, trabajan veintidós sacerdotes. El obispo Fonghoro, nacido en 1958 en Yélé —una población al sur de Mopti—, se encuentra al frente de la diócesis desde 1999.

AIN recuerda que a comienzos de 2012 se produjeron en el norte de Malí luchas entre grupos tuareg y las fuerzas armadas regulares, en una región con una superficie que duplica la de Alemania. A los tuareg se unieron unidades islamistas, que se hicieron rápidamente con el poder. Pronto conquistaron las principales ciudades del norte: Kidal, Gao y Tombuctú. La crisis interestatal se acentuó cuando los militares derrocaron al Gobierno en la capital de Malí, Bamako. El país, de gran importancia estratégica, amenazaba con caer completamente en manos de fuerzas islamistas. Sin embargo, Francia inició en enero de 2013 una intervención militar en el conflicto al lado del Ejército maliense, con la que ya han recuperado parte de los enclaves tomados por los terroristas yihadistas.

Unos yihadistas que recurren a la violencia indiscriminada. De hecho, un sacerdote misionero en Malí, que trabaja con personas desplazadas, describió a AIN su desesperación por huir de los ataques de los extremistas islámicos y cómo la violencia se ha incrementado en territorios clave del país. En un mensaje enviado el pasado fin de semana a Ayuda a la Iglesia Necesitada, el P. Zacahrie Sorgho ha descrito los acontecimientos que ocurrieron durante la liberación del estratégico pueblo de Diabaly, el pasado jueves 18 de enero.

El P. Sorgho, cuya parroquia está en "Nioro du Sahel", al noroeste de Malí, ha recibido a numerosas personas que escapaban de los combates. Él mismo contaba: "Una mañana hubo un asalto de rebeldes islamistas a la ciudad de Konna y otras ciudades del sur. Esto generó un miedo en toda la ciudad que entró en un estado de confusión. La gente empezó a huir y se podían escuchar gritos de desesperación".

El P. Sorgho afirma que la intervención de las tropas francesas ha sido crucial en la liberación de la ciudad. "Después de la intervención militar, Konna pudo ser liberada de los yihaidistas, pero entonces estos se hicieron con el poder del pueblo de Diabaly, atacándolo y tomándolo. Usaron a personas como escudos humanos".

Los grupos rebeldes y los grupos islamistas", continuaba diciendo, "se consideraban ya los vencedores y los dueños del país". "Ellos querían imponer sus leyes y aplicar la Shari'a a todo el país". Se estima que más de 400.000 personas han huido del norte de Mali y de otras áreas conflictivas.

El P. Sorgho dice que, "hemos acogido a aquellos desplazados por la guerra". El sacerdote cuenta que muchas personas provenientes de Gao, Tombuctú y Kidal, se han visto desplazadas hasta la zona donde desarrolla su misión, en la frontera con Senegal.

Afirma que, "muchas familias han acogido a estos refugiados dándoles cobijo en sus propias casas". Sin embargo,  "con el incremento de los enfrentamientos, no deja de venir gente de todas partes. Vienen hasta nosotros sin nada, traen algún bulto a la espalda, en el que llevan unas pocas pertenencias personales."

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com