Sebastián advierte que por encima de la propuesta de la CNE está la decisión del Ministerio

Gran expectativa por la resolución que pueda tomar la CNE en relación a las tarifas eléctricas. El pasado viernes 9, el nuevo secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, consideró razonable seguir las pautas marcadas por la CNE. Habida cuenta de que la exigencia de la CNE es de subidas del 20% para paliar un déficit que calculan en 4.725 millones de euros para este año, la polémica está servida.

Su ministro, Miguel Sebastián, tardó minutos en salir a los medios para desautorizarle: se hará una subida razonable. La misma De la Vega mete la cuchara donde no le llaman para asegurar que la subida será razonada y razonable. Por cierto que el vicepresidente Solbes no ha dicho esta boca es mía. ¿Para qué? Y por si fuera poco, se filtra que Clos les dice a los suyos que ha sido relevado por enfrentarse al lobby eléctrico. ¿Quiénes son esos? Iberdrola y Endesa, señala la presidenta de la CNE, Maite Costa.

En este ambiente, convendrán en que la decisión de la CNE tiene su aquel. Si dice lo de siempre, recibirá el rechazo de Sebastián que ya ha recordado que la propuesta de la CNE es consultiva, no decisoria. Si se adapta a las conveniencias del Gobierno evidenciará al público la falta de independencia. Ahora bien, si la decisión del muy independiente organismo regulador de la energía no es la adecuada, el ministro de Industria se encargará de evitar próximas polémicas a Costa de hacer cambios en la Comisión. Vayan sacando las palomitas, porque el asunto promete.

Y más, porque la CNE deberá analizar también el requerimiento de Iberdrola para que ACS se inhiba en la eléctrica vasca habida cuenta de su participación de control en Fenosa. Lo dicho: apasionante.