Sr. Director:
No pudo ser, Carlos. No ha podido ser. El intento soberbio de pedir reflexión y consenso a sus señorías no ha podido llegar a feliz término.

Mi tocayo (cuántos buenos Carlos en UPN), el señor Salvador con todas las letras no ha podido dar voz a aquellos que son iguales que nosotros menos en tamaño. Una lástima, pero usted ha hecho todo lo posible. No se le puede pedir más.

Desde un punto de vista político, ha servido al menos para que la gentecilla se retrate.

Dos ejemplos: nuestra Uxue y el PNV.

Uxue que nos vende su buenismo y su formación en una Universidad de buen fondo y costumbres y el provenir de una familia católica, apostólica y romana. Votó en contra de la reflexión sosegada sobre algo tan serio. Tomamos nota. Los nuevos posibles baskitos se lo agradecerán.

Lo del PNV no tiene nombre. Miles de buenas personas del País Vasco votan PNV por su pertenencia a la democracia cristiana europea y por ser el partido sano dentro de la tropa nacionalista que hay en nuestra Comunidad vecina. Un partido cuyas siglas en vascuence significan Partido vasco de Dios y las leyes viejas (Eusko Alberdi Jeltzalea. Jaun Goikoa eta Lege Zarrak). Vivir para ver. Si Sabino Arana y Goiri, autor del delirio nacionalista del PNV levantara la cabeza

(Una maldad: ¿ha sido la diputación de Álava el precio de la traición?).

Así las cosas, tomen nota los tentados de votar a UPyD. Rosa Díez, astuta, se abstuvo. Cambia el mensaje según el medio. ¿Caballo de Troya? ¿El medio de hacer perder su fuerza al centro derecha español?

Al fin y a la postre gracias a votos de derecha (¿qué dirán los que votaron a la amiga Villalobos?) se ha perdido una oportunidad de frenar esta animalada de ley de muerte. Una pena. Los españolitos del siglo XXI se lo agradecen, señorías.

Carlos Adanero Oslé

amemusprofesionem@gmail.com