En el mejor estilo de PRISA: si aceptas lo que te pido, te daré una bofetada; si lo rechazas, recibirás dos. Desde que César Alierta decidió acudir a la OPA de Sogecable, la familia Polanco y Juan Luis Cebrian no aceptan un no a la venta de su plataforma de TV de pago. Necesitan el dinero para reducir deuda. Por cierto, Cebrián no fue informado por Ignacio Polanco y su primo Javier. En la operadora, hay quien considera que, si los dos millones de clientes del monopolio de la TV de pago por satélite se convirtieran en usuarios del trío aún podría salir rentable, pero es difícil
Desde que Telefónica decidiera acudir a la OPA de PRISA sobe Sogecable, por tanto, vender su paquete del 16,7%, no pasa un sólo día sin que el diario El País y la cadena SER le aticen en todo lo alto a la primera compañía española. De repente, el grupo de los Polanco se ha convencido de que Reinaldo Rodríguez, presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), bien toda la razón: de repente, El País ha descubierto que la empresa de César Alierta opera con ventaja sobre sus competidores, lo cual, créanme, es grave para la liberalización de las telecomunicaciones. Es la técnica habitual de los Polanco: si me aceptas lo que te exijo te daré una bofetada, si no, recibirás dos.
Todo porque Telefónica, con toda lógica, decidió acudir a la OPA de PRISA sobre Sogecable. Si no lo hubiera hecho, habría visto cómo el valor de su participación del 16,7% caía en picado. Pero, al hacerlo, situaba a PRISA en una posición de deuda que, bien sumada -esto es, sumando la deuda de Sogecable- supera los 5.700 millones de euros.
Y lo cierto es que PRISA no debería tensar tanto la cuerda ante un Alierta que decidió ir a la OPA para que no pudieran acusarle de ceder antes del juicio, del famoso juicio de su sobrino. Esto crispó al maño, quien decidió enfrentarse al poderoso grupo mediático, a los de la doble bofetada.
Y ojo, a cada uno lo suyo. Esta vez Cebrián no tuvo nada que ver. El peso de la operación la llevaron los primos Ignacio Polanco y Javier Díez Polanco. Eso sí, días después, con mucha elegancia, el diario global en español anunciaba que se procedía a una reconversión del área audiovisual (¿Una reconversión después de una OPA?) que conllevaría la venta de Digital , reconversión de la que se encargaría Janli. Dicho de otra forma: nosotros hemos elevado la deuda hasta límites pavorosos pero tú, Juan Luis, serás el encargado de solucionar el problema.
No olvidemos que Juan Luis andaba perdido en su operación Slim: que el mexicano compraría toda PRISA, no Digital , que no le interesa, y crear así el gran multimedia de la Internacional Socialista, dejando a los Polanco como rentistas. Pero esa es una operación larga, y Slim espera que la deuda les obligue a reducir precio.
Ahora bien, es que la plataforma Digital nadie la quiere. Se la han ofrecido a Canal Francia, a Murdoch, a Telefónica... y se les han reído en la cara. A lo mejor se la compraba Mediapro, que nadie sabe de dónde saca el dinero, pero eso resultaría demasiado humillante.
Es cierto que en Telefónica hay quien piensa que los dos millones de clientes de Digital pueden resultar interesantes si se consigue fidelizarles para la telefonía fija y la móvil, pero habrá que ver lo que pide PRISA, porque lo cierto es que Imagenio y la plataforma siguen siendo dos tecnologías distintas.
En cualquier caso, es peligroso enfrentarse a un hombre como Alierta, que, enrabietado por los rumores, decidió apostar por acudir a la OPA, no fueran a pensar que se quedaba por miedo al chantaje de PRISA, justo cuando se celebre el juicio de su sobrino.
Mientras tanto, si alguien quiere comprar el monopolio de la TV de pago por satélite en España, dos millones de clientes, que llame a Janli.