La agencia informativa NOTICIAS GLOBALES, informa: "Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia" (Carta del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe al Cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo de Washington, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, 2004; vid. NG 664 y 911).
La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos intervino por segunda vez en quince días a raíz de las declaraciones de un político católico que causó escándalo público por defender el aborto, esta vez se trata de Joe Biden candidato a vice-presidente por el Partido Demócrata (vid. NG 915).
El 10 de septiembre, el Cardenal Justin F. Rigali, Arzobispo de Filadelfia y presidente de la Comisión para Actividades de Pro-Vida, y Mons. William E. Lori, Obispo de Bridgeport y Presidente de Comisión de Doctrina de la Conferencia Episcopal Norteamericana dieron a conocer un documento corrigiendo los errores de Biden.
El pasado domingo, durante una entrevista en la cadena NBC, el senador Joseph Biden afirmó que estaba de acuerdo con la Iglesia en que es una cuestión de fe que la vida comienza en el momento de la concepción, añadiendo que él no quiere "imponer" su fe a los demás, lo que sería "inapropiado en una sociedad pluralista". Como si esto fuera poco, en el transcurso del programa, Biden se contradijo afirmando después que el comienzo de la vida era materia de "debate" en la Iglesia, haciéndose eco de las declaraciones realizadas por la Presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi en el mismo programa de TV hace algunos días (vid. NG 918). (Es de notar que no sólo la Conferencia Episcopal rectificó los dichos de Pelosi, sino que también lo hicieron 25 obispos individualmente).
Respuesta de la Conferencia Episcopal
El documento firmado por el Cardenal Rigali y Mons. Lori dice que es un error la declaración del senador sobre que el comienzo de la vida humana es una "cuestión personal y privada de fe religiosa que no puede imponerse a otros".
El tema del aborto -dicen los obispos- se basa dos cuestiones que tienen poco que ver con la fe religiosa.
La primera -es decir, cuándo comienza la vida- es una cuestión de biología: "hoy los libros de texto embriología confirman que una nueva vida humana comienza en la concepción. La Iglesia Católica no enseña que se trata de una cuestión de fe, sino que lo reconoce como un hecho científico".
La segunda es una cuestión moral, a saber, "¿Qué miembros vivos de la especie humana deben ser considerados con derechos humanos fundamentales, como el derecho a no ser asesinados?"
La respuesta de los obispos es contundente: para la Iglesia Católica todos deben ser considerados con derechos humanos fundamentales, como el derecho a no ser asesinados, y añaden: "No se trata únicamente de doctrina católica, sino de un principio de derecho natural accesible a todas las personas de buena voluntad".
Para finalizar los obispos cargan contra el relativismo de Biden diciendo que "aquellos que tienen una opinión más restrictiva y excluyente acerca de qué seres humanos tienen derecho a la vida", tienen la obligación de explicar por qué tenemos que dividir la humanidad entre los que deben vivir y los que no deben vivir, y además deben explicar por qué su particular punto de vista debe ser sostenido en una sociedad pluralista.
Hace dos años, cuando una vez más se planteó el tema del acceso a la comunión de los llamados "católicos abortistas", el obispo de Wilmington, Delaware, Mons. Michael Saltarelli, hoy emérito y entonces ordinario de Joe Biden, lo corrigió públicamente porque el senador había afirmado que "personalmente se oponía" al aborto, pero se negaba a votar a favor de las leyes protegían a los no nacidos.
Mons Saltarelli dijo que nadie aceptaría que un funcionario dijera: "Estoy personalmente en contra de la esclavitud y el racismo, pero no puedo imponer mis convicciones personales en el ámbito legislativo. Del mismo modo, ninguno de nosotros debe aceptar que un funcionario declare: ‘Estoy personalmente en contra del aborto pero no puedo imponer mis convicciones personales en el ámbito legislativo'".
El 8 de septiembre, antes de que se expidiera la Conferencia Episcopal, habían rectificado enérgicamente al candidato a vice-presidente denunciando sus confusiones acerca de la ley natural y la fe católica, Mons. Robert C. Morlino, Obispo de Madison, Wisconsin; Mons. Charles J. Chaput, Arzobispo de Denver y su Obispo auxiliar, Mons. James D. Conley.
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