La tercera parte de los anuncios de esta clase de bazofia difundidos en prime time van enfocados a una audiencia de chiquillos.
Darcy Thompson, puericultor de la Universidad Johns Hopkins, ejecutor de la investigación, razona que no se consigue "culpar, únicamente, del sobrepeso a los anuncios de televisión", pero declara que "existe una evidencia de que los niños expuestos a esos mensajes tienden a adoptar dietas malsanas y ganar peso". El análisis añade que la mitad de las campañas sobre los fabricados alimenticios difundían pitanza rápida, y más del 50 por ciento era sobre refrescos con elevado contenido de hidratos de carbono.
Asimismo, las indagaciones han desvelado que el 50 por ciento de los chavales latinos disfrutan de un aparato de televisión en su alcoba, mientras que el resto de los adolescentes, el 20 por ciento. Darcy Thompson y su grupo apoyaron la investigación en 60 horas de programación televisiva transmitida entre las 15:00 horas y las 21:00 por Univision y Telemundo, las dos cadenas televisivas, en español, más avispados en Estados Unidos.
Clemente Ferrer Roselló
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