El enfrentamiento entre drusos y chiítas en la región de Beirut acaba con 36 muertos

Tras los enfrentamientos en los que murieron 36 personas en el Líbano, los mercados occidentales miran con preocupación el agravamiento del conflicto. En un bando se encontraban los miembros del movimiento chií Hezbolá, que causó 14 bajas, el resto eran partidarios del líder druso Walid Jumblatt. La minoría drusa se posiciona a favor del gobierno, añadiendo mayor complejidad a la escalada bélica.

El pulso de los chiítas al gobierno y a la mayoría parlamentaria trae a la memoria la guerra que se libró en el país entre 1975 y 1990. También en aquella ocasión árabes y judíos, Palestina e Israel, hicieron valer sus intereses sobre el país a través de las armas. También en esta ocasión la Liga Árabe ha enviado a una delegación a Beirut, mientras el primer ministro israelí, Ehud Olmert, lee los informes del jefe de inteligencia militar, Amos Yadlin, y advierte que sigue de cerca los movimientos en Líbano, Irán y Siria. Los israelíes consideran que Líbano es ya un Estado Hezbolá y se sitúan en alerta.