Pero bueno, ¿quién ha atacado primero? ¿Hamas o Israel? Ha sido Hamás, ¿no? Entonces, ¿qué pretenden los movimientos occidentales que, una vez más, interpretan hablando de la represión hebrea? ¿Acaso pretenden que Israel permanezca impasible mientras los chiflados islamistas de Gaza lanzan cohetes contra su población?
Es verdad que cuando Israel responde, con todo su potencial militar, hay más muertos entre los enemigos pero si no se lanzaran misiles desde Gaza contra los civiles hebreos no se respondería desde Israel. Y ojo, porque la prensa española es la más antisemita de toda Europa.
Golda Meir aseguraba que el conflicto árabe israelí terminaría cuando los árabes "sintieran más amor por sus hijos que odio hacia nosotros". La verdad, la primera ministra israelí nunca me cayó demasiado simpática, la veía más sionista que hebrea. Y yo soy filojudío -es decir, como cristiano apoyo a nuestros hermanos mayores en la fe- pero no soy sionista. Ahora bien, su resumen no tiene parangón. Para los islámicos, la guerra es una cuestión de familia. Hamas no es una fuerza militar, sino terrorista, porque un militar nunca se esconde detrás de la sociedad civil, de su propia sociedad civil, de sus propios hijos. Todo lo contrario: el buen militar pone a salvo a sus niños, mujeres y ancianos. En definitiva, a sus civiles.
O como dicen en Jerusalén: para los musulmanes, la guerra es una cuestión de familia.
Sí hay que decirle a Israel que deje de bombardear, porque su superioridad área ocasiona víctimas inocentes. Pero, sobre todo, hay que decirle a Hamas que deje de parapetarse detrás de sus propios vástagos. Eso es cruel y cobarde.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com.