Esa es la nota general y más en un Gobierno laboral. Pero el hombre de la OCDE, José Ángel Gurría (en la imagen), propone lo contrario: que suban los impuestos y bajen lo salarios. O, al menos, que bajen las indemnizaciones por despido en lo que seguramente podemos estar de acuerdo... siempre que se compense con una subida de salarios.
No solo eso: Gurría quiere subir todos los impuestos, es decir, aún más. Señor Gurría, váyase usted a freír espárragos. Una cosa es que dado el agujero público haya que subir los impuestos, siempre de forma transitoria, y otra que todo impuesto, justo o injusto, necesario o innecesario, constituye un atentado contra la propiedad privada. Atentado en toda regla, y contradice cualquier idea liberal de la economía.
Lo lógico, lo natural, no es subir impuestos sino bajarlos, y de paso bajar gastos públicos. Y si hay que llegar a las prestaciones públicas se llega. Otra cosa es olvidar que el problema económico de España no es la reducción del déficit público sino un paro del 25%.
Eulogio López
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