Esas divisiones internas en el Partido Popular y ese gusto por la mediocridad han hecho que en la clase económica española, y especialmente en la city madrileña, se considere que aquí hay Zapatero para rato.
La verdad es que la política económica del nuevo Gobierno no levanta precisamente entusiasmos. Es más, existe un consenso muy claro, que podríamos resumir así: Se trata de una política económica hipotecada y, además, incierta: Nadie tiene claro cuál es.