Sr. Director:
Con la escasa diferencia de unas horas, los medios de todo el mundo nos han trasmitido la noticia de los dos movimientos sísmicos que han conmocionado a gran parte de la opinión pública mundial.
El primero, sin víctimas mortales, pero con incontables pérdidas económicas, ha tenido su epicentro en EEUU (Wall Street en números rojos), con repercusión y el desplome en cadena de todas las bolsas del mercado financiero mundial .
El segundo, focalizado en Perú, ha sido un terremoto geológico de 7,9 grados, al menos ha producido medio millar de víctimas mortales y miles de desaparecidos.
Los efectos de ambos cataclismos se han hecho notar puntual y claramente en nuestra España. Miles de pequeños inversores han sentido pánico por la bajada de sus acciones que cotizaban en Bolsa y la crisis hipotecaria ha llegado a España, entre otros efectos, con la suspensión de un fondo de la Banca March.
Máxima preocupación y una generosa reacción de ayuda material y espiritual tanto del Gobierno como de la Iglesia, ha producido la desgracia del Perú. Las ciudades de Chincha, Pisco e Ica han sido las que han sufrido mayormente el desastre del terremoto.
Aunque la ayuda de los españoles sin distinción, ha sido rápida y generosa, según los medios, las necesidades crecen en proporción geométrica.
Buena ocasión para mostrar por parte de todos, cómo se entiende la solidaridad cristiana y la Alianza de Civilizaciones entre los dos países hermanados.
Miguel Rivilla
miriv@arrakis.es