La comparecencia de Florentino Pérez, presidente de ACS-Dragados, la primera constructora de España, ante los analistas, se saldó con un rotundo fracaso y varios cabreos. La cosa sucedió el pasado miércoles 25 en la Bolsa de Madrid. El también presidente del Real Madrid daba cuentas del primer balance de la fusionada ACS-Dragados. Pero, al parecer, el viaje a Múnich para contemplar a sus galácticos frente al Bayern no le había dejado tiempo para preparar el acto. Así, la primera sorpresa entre los analistas surgió cuando se anunció que el cociente de rentabilidad en construcción (beneficio neto entre ventas) de ACS-Dragados era, según Florentino, del 7,8%. Se da la circunstancia de que en construcción, un subsector con márgenes muy escasos, el líder en rentabilidad es Ferrovial, con un 4,8, frente a un Sacyr Vallehermoso, que presenta un 4,2. Naturalmente, los presentes inquirieron a Florentino sobre tan asombrosa disparidad. Y éste, imitando a Zidane cuando entra por la banda izquierda, afirmó que ACS-Dragados simplemente era mejor, como quien dice... Lo más probable es que don Florentino confundiera los términos y haya incluido en ese cociente el sector inmobiliario. 

Segundo choque. Según don Florentino, a pesar de haber fusionado la primera y tercera constructora del país, la nueva ACS-Dragados no va a perder cuota de mercado. Cuando se le pregunta si el mantenimiento de su actual cuota se fía a la inversión exterior, responde que no, que la construcción seguirá creciendo fuertemente, pero sólo en España. Para Pérez la única inversión internacional que merece la pena es la de la concesionaria Abertis, donde pretende alcanzar el 20% del capital. Así que ya lo saben: toda fusión constructora que limite su negocio al país de origen pierde cuota de mercado, salvo que la presida don Florentino

Y la guinda de la tarta llegó cuando los analistas le preguntaron cómo iba a reducir el fuerte endeudamiento de la compañía. La respuesta fue clara, concisa y concreta: poco a poco.