Con la entrada de los demócratas en la Casa Blanca ha resurgido también el movimiento para retrotraer la quiebra de Lehman. En su día fue la única firma que se dejó caer, a pesar de que el plan Bush acudió en ayuda de empresas cuya gestión había sido más que arriesgada. Repitiendo la estrategia de los abogados de los afectados por Madoff, quienes se vieron perjudicados por la quiebra de Lehman pretenden dar marcha atrás para que la Administración Obama ayude al banco y permita cobrar a sus clientes.
Sin ir más lejos, la aseguradora AIG, a la que el presidente de MAPFRE, José Manuel Martínez, se refirió la semana pasada: Nosotros no nos hemos metido en líos... AIG se metió en líos... es una barbaridad que una aseguradora se meta en seguros de crédito financiero. Por su parte, desde Lehman explicaban que el abandono se debía a que el banco había sido más demócrata que republicano a la hora de apoyar campañas políticas. Lo que está claro es que AIG se dedicó a asegurar bonos de seguros de crédito financiero, tan inestables como para que alguien pueda considerar que se estaban metiendo en líos. Pero, a pesar de esto, Bush sí que acudió en su ayuda.