"Cuatro años más". Esa fue la reacción primera de Obama (en la imagen abrazando a su mujer Michelle), lo que recuerda la viñeta de Forges, en la que un vencedor absolutamente ebrio saluda desde el balcón a sus seguidores con las siguientes palabras: "Y gracias a vosotros, pringaos, nos vamos a forrar durante otros cuatro años, hip".
Aunque seamos justos: Obama ha dicho algo más. Ha explicado que "ahora viene lo mejor". Para él, desde luego, sí.
Y Michelle abrazada, emocionada ante la reelección, no deja de recordar a aquella otra Michelle rabiosa -campaña de 2008- dispuesta a creer en los valores de Estados Unidos… pero sólo en el caso de que su esposo fuera elegido para la Casa Blanca y ella se convirtiera en la primera dama. De otra forma, volvería al resentimiento sobre el racismo del sistema.
Y sí, van a ser cuatro años sin freno, porque Obama ya será un pato cojo, y los patos cojos progres son muy peligrosos.
Peor lo más grave es que Estados Unidos se ha vuelto progre. Era el país que más se oponía al primer principio del progresismo internacional y del nuevo orden: "Aborto libre y gratuito y ahora ya podemos forrarnos de dinero, a ser posible especulando en bolsa".
El voto antivida y el voto por el relativismo moral, es decir, por la depresión colectiva, se ha impuesto en la primera potencia del mundo. Por eso Obama ha vencido. Pero lo peor no es que haya ganado en votos electorales, que en buena parte dependen de la matemática del sistema, sino que ha ganado en votos populares. Eso es lo más grave. Obama ha recibido dos millones de votos más que Romney.
Y para roernos un poquito más el hígado: resulta que los católicos han votado demócrata y los hispanos también. El voto católico a Obama asusta: es el voto de la incoherencia, porque Obama es ahora mismo el arqutipo del Nuevo Orden Mundial. Al parecer, los católicos no se han enterado de que Obama se ha convertido en uno de los grandes peligros para el derecho a la vida. Los católicos votan demócrata. Lo cual sería lógico en el pasado pero no ahora, cuando los demócratas se han convertido en progres.
Conclusión: la segunda legislatura de Obama será como la segunda legislatura de ZP: desastre económico tras el brillo engañoso de los primeros cuatro años, progresismo radical, también conocido como estupidez radical y como tristeza planetaria, donde la caridad se ha convertido en filantropía. En el caso de ZP, el gran éxito de la segunda legislatura fue el aborto como derecho como lo será ahora, en Obama, el gaymonio y la marginación del compromiso matrimonial entre hombre y mujer.El voto hispano para Obama, en más de un 70%. Dios mío, ¿qué ha pasado con un catolicismo hispano norteamericano?
Las bolsas han respondido positivamente al nombramiento de Obama. Natural. Insisto, el gran viraje del progresismo internacional consiste en su acercamiento a los mercados financieros más especulativos y más injustos. Con Obama, el gran capital tiene salvaguardados sus intereses: si un banco quiebra Obama lo salvará. A los especuladores, lo de los derechos humanos les trae al pairo. Como a Obama. Y el cristianismo, también.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com