• Ana Pastor trata de hacer comprender a IAG que tiene que pasar de fusión fría a fusión caliente.
  • El Gobierno insiste en que no se puede perder el 'hub' de Barajas.
  • Huelga Renfe: Mientras, sindicatos y Gobierno se enrredan en la decisión eterna, liberalización o privatización.
  • A los sindicatos les pone los pelos de punta que "los Florentinos Pérez de turno" puedan alquilar vías y vagones y competir con Renfe.
  • En Fomento se las prometen muy felices e incluso auguran que la competencia abaratará el servicio para los usuarios.

Las declaraciones de Ana Pastor el viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros apelaban al diálogo para resolver el conflicto de Iberia y frenar la huelga convocada por los sindicatos para los días 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre lo que, a la postre, ya se ha conseguido: los paros han sido desconvocados pese al fracaso de la negociación con la empresa. Cuando la ministra hablaba de que "el servicio público que se presta no es un tema menor" y que había que "preservar la conectividad de nuestro país con Latinoamerica" -así como con las islas y Ceuta y Melilla- aludía tanto a los trabajadores como a la compañía que el mismo viernes anunció que dejará de volar a Santo Domingo, La Habana, Atenas, El Cairo y Estambul. Todo ello dentro del plan de transformación de la compañía para ahorrar y poner fin a los trayectos menos rentables.  

También apeló a la responsabilidad de los empresarios en los procesos de reestructuración, en un momento en el que todos "tenemos que ayudar y arrimar el hombro".

Iberia no puede perder la condición de 'hub', insiste una y otra vez la ministra, y es consciente de las dificultades a las que se enfrenta la compañía tras su fusión con British, que no parece dispuesta a echar una mano al hermano más débil y desprotegido. Hay que pasar de la fusión fría a la fusión caliente, y saber estar a las duras y a las maduras.

La ministra, que según fuentes cercanas al Gobierno no desmentidas por el Ministerio de Fomento está manteniendo contactos con el Reino Unido, también apela a la sensatez de los sindicatos de tierra, que no sólo se oponen a los 4.500 despidos y a las reducciones de salarios sino también a la filialización de la compañía. La dirección estimaba en 30.000 millones de euros las posibles pérdidas que tendría que asumir Iberia, que repercutirán también en todo el sector turístico, el único balón de oxígeno con el que cuenta España para salir de la crisis.

Y por otro lado está RENFE, la otra puntilla para el turismo en este mes de diciembre por culpa de la huelga convocada para los días 13 y 14 de diciembre. Ya dijo Ana Pastor que estaba dispuesta a no levantarse de la mesa hasta conseguir alcanzar un acuerdo con RENFE, ADIF y FEVE a propuesta de los sindicatos CCOO, UGT, CGT, Semaf, SF y SCF. Mientras en Fomento la postura oficial es intentar circunscribir los motivos de la huelga a la negociación de los convenios colectivos de las empresas ferroviarias públicas, desde los sindicatos se alude también a la reforma del sector aprobada por el Gobierno para abrir la competencia el tráfico de viajeros en julio del 2013.

Para los sindicatos se trata de una privatización encubierta, mientras el Ministerio de Fomento defiende que se trata de una liberalización que no va a poner en peligro los puestos de trabajo, y es más, auguran, abaratará el servicio.

El hecho de que una empresa como Ferrovial o "el Florentino de turno", según fuentes sindicales, pueda alquilar hasta vagones y vías, lo que no se descarta desde Fomento, convertirá a RENFE en mucho menos rentable. Por supuesto… pero queda por ver si los sindicatos están dispuestos a asumir recortes en sus sueldos o trabajar más horas para convertir la empresa en más competitiva. El Ministerio, mientras tanto, se las promete muy felices con las medidas adoptadas: están convencidos de que la partición de RENFE en cuatro empresas va a resultar rentable y atractiva  para los inversores privados.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com