Sr. Director:
"Cuando alguien te adelanta… ¿sólo piensas en ponerle la zancadilla?".

 

Los vecinos de arriba se han pasado cuatro pueblos. Una vez más la rabiosa rivalidad que creen liderar los habitantes de la rancia Francia frente a la "apañá" España, ha rugido de su intranquilo y sumergido bienestar.

Bien está que, según ellos, sigan siendo los más elegantes… (antes sí lo fueron), que su idioma parezca el más romántico… (¡je, je!, je no me lo creo) y que continúen haciendo creer que todos los niños los trae la cigüeña desde su capital (no es lo mismo nacer en París que ser de donde te paren) pero… ¡menos mal que es mentira y no hemos nacido todos allí! Siempre hay motivos de incordio y de desprestigio entre vecinos mal avenidos. Pesca, economía, deportes… los franceses, como los españoles, no estaban acostumbrados a que cosecháramos tanto éxito deportivo y, si mal no parece por sus guiños en canal plus, no digieren bien nuestra última y alargada recolecta de triunfos.

Al parecer quienes fronterizan sobre nuestra cabeza intentan mantener su arrogancia (arrofrancia en castellano y claro) sujetándonos a sus pies. Lo que es físico y geográfico también pretenden que sea espiritual pero lo real es que no asimilan ser superados por sus vecinos, los de la planta baja.

Ese atragantamiento, y no miento, es pura envidia, es duro celo, es mal rencor… ¡qué le vamos a hacer, cést la vie! (se la vi, como diríamos en español). Doping, ese es su último bulo burlesque. No dan crédito que Nadal haya ganado seis Roland Garros, les saca de sus casillas que Casillas sea el mejor portero del mundo, no contaban en que Contador ganara tours ni que Gasol, por pocos kilómetros, naciera en territorio español ¡Qué mala es la envidia! -"La envidia en vida es como la suerte en la muerte" -.

Toda comparativa es odiosa pero después de todo, los españoles no somos envidiosos porque preferimos la barra de pan, los churros y el cava a la baguette, al croissant y al champagne.

Y en lo del deporte… ¿no será que seguimos poniendo más huevos en la tortilla española que en la francesa? Afortunadamente sólo tenemos una cosa en común con los franceses: Lyon (León en España) Au revoir, (en español: ¡au! ¡buag!)

Oscar Molero Espinosa