Melodrama injustamente machacado por la crítica española que, a pesar de cierta morbosidad, narra una historia de arrepentimiento y de perdón

El conocido guionista Guillermo Arriaga (responsable de relatos como 21 gramos, Babel y Amores perros) ha elegido para su debut como director una historia de vidas entrecruzadas protagonizada por mujeres.

El tormentoso pasado de Sylvia, la atractiva gerente de un restaurante, vuelve a primer plano cuando inesperadamente recibe una visita de México. Un joven piloto comercial (que cría en solitario a su pequeña hija) tiene un grave accidente de aviación. En la fronteriza ciudad de Cruces dos adolescentes (obsesionados con la trágica muerte de sus padres) viven una complicada relación. Un ama de casa, que vive momentos personales confusos, se embarca en una relación adúltera

Tres bellas actrices de diferentes edades (Charlize Theron, Kim Basinger y Jennifer Lawrence -esta última premio a la mejor actriz revelación en el pasado Festival de Venecia de 2008-) encarnan con verosimilitud a las trágicas heroínas cuyos caminos guardan relación.

La película, a pesar de contener continuos flash-back, fluye a la perfección, por ello es una lástima que Arriaga (que demuestra, además,  ser un excelente director de actores) no haya evitado en el desarrollo de este drama escenas sexuales explícitas (como la de la primera secuencia) que no aportan nada al argumento y que, por el contrario, pueden provocar ciertas reticencias en algunos espectadores Porque Lejos de la tierra quemada contiene imágenes emotivas y situaciones con garra que no necesitaban un reclamo sensual tan facilón

Lejos de la tierra quemada se estrenó el pasado 13 de marzo en las salas de toda España

Para: Los amantes de los dramas familiares que no se asusten con escenas subidas de tono