Sr. Director:
Una cadena televisiva ha lanzado una campaña musical haciendo una puesta en escena que ridiculiza la virginidad. La canción Amo a Laura, que hace furor en internet y fuera de él, promete convertirse en el top ten del verano.
Sin embargo, la virginidad es, para gran parte de la juventud, algo lleno de encanto o por lo menos eso dicen las encuestas americanas. Porque, ¿a quién le gusta más lo usado que algo a estrenar?
A los adolescentes que han iniciado relaciones sexuales se les ve desilusionados y sin ganas de pensar en el futuro, discuten con frecuencia pero no acaban de romper nunca pues el vínculo sexual que les ata a nivel de la hormona oxitocina, y que actúa como cemento de la convivencia, les impide romper y escapar el uno del otro. A esto se añade que se han entregado mutuamente sin que nada consistente, quizá sólo una promesa vaga, sostenga esa donación, lo cual les hace sentirse muy presionados.
Dios estableció la virginidad y la castidad en pro de una salud afectiva y un buen funcionamiento matrimonial. Pero ahora, por lo menos la MTV, pretende saber más que Dios.
Eva Nordbeck
evan@auna.com