La presidencia de la AVT no está remunerada

Puede que alguno respire más tranquilo. El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, se va a su casa. Así lo anunció este jueves, tres días antes de las elecciones. ¿Por qué antes de las elecciones? Para evitar que nadie interpretara que su salida tiene que ver con los resultados electorales, sean los que sean.

Se va por razones "personales". Un eufemismo, que casi siempre esconde movidas internas, coches imposibles, o tiradas de toalla. No es el caso. Alcaraz se va por razones estrictamente personales. Conviene recordar que el puesto de presidente de la AVT no es remunerado ni cobra dietas, pero exige una enorme dedicación. Si a eso le sumamos que Alcaraz tiene su familia y su negocio en Jaén, pero se pasaba la mitad de la semana en Madrid, es fácil de entender el desgaste personal. Se va para estar con los suyos y cuidar de su desatendido negocio. Así de fácil.

Eso sí, se despide con la escopeta cargada. Dice en su despedida que no se arrepiente de haber dicho que "Zapatero es el embajador de ETA" y que el presidente ha traicionado a los españoles. Y advierte también que la "rebelión cívica" seguirá vigente con su seguro sucesor: Juan Antonio García Casquero, el delegado de la AVT en Madrid. Las elecciones serán el próximo 19 de abril, pero el período para presentar candidaturas se agotó el mismo jueves, fecha en la que se hizo pública la renuncia de Alcaraz.