Jarro de agua fría: no habrá rebaja de tipos
Cada vez que habla el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, Europa sufre acidez de estómago. De entrada, ha terminado con las tímidas esperanzas de reducir el precio del dinero, a pesar de la desaceleración económica en la Unión Europea -aunque Alemania ha remontado-. Por otra parte, quiere flexibilidad laboral, pero no la contrarresta con una petición de mejores salarios o de menor desigualdad salarial. Son las píldoras amargas del señor Trichet.